El Atlético de Madrid sufrió su primera derrota de la temporada ante el Alavés (1-0) en un partido plano del vigente campeón de Liga, que apretó en los minutos finales con toda la artillería, pero que no pudo evitar el traspié.

El equipo de Simeone llevaba varias semanas jugando con fuego y ayer se quemó en Vitoria. Lo hizo después de tirar la primera parte, en la que no disparó a portería. El Atlético reaccionó tarde y se encontró un muro. El «Cholo» metió hasta cuatro delanteros, pero no encontró la finura necesaria para apuntillar a un Alavés que se defendió con uñas y dientes en los últimos minutos.

Los vitorianos se refugiaron en un gol tempranero de Víctor Laguardia. El veterano central apenas tardó cuatro minutos en buscar las cosquillas a Oblak con un cabezazo potente a centro de Luis Rioja. La respuesta fue pobre, muy débil para un ataque millonario en el que Griezmann todavía no ha llegado. El francés lo intentó, pero estuvo muy lejos del Griezmann que enamoró en su primera etapa como colchonero.

En la segunda mitad mejoraron los de Simeone, no era difícil, y pronto pusieron en apuros a los babazorros con una falta de De Paul que Laguardia sacó bajo palos cuando el cuero iba a superar la línea. Los cambios también mejoraron a los madrileños, en concreto un Correa que salió con desparpajo y audacia, pero que terminó siendo incapaz de encontrar la rendija en la zaga albiazul.

El marcador no se movió, ni tan siquiera tras un posible penalti por una mano en el área de Saúl. Nada cambió y el 1-0 sirve para armar de confianza al Alavés y devuelve a la realidad al Atlético, que sigue en proceso de construcción.