Un gran planteamiento de Unai Emery dejó seco a un Real Madrid que iba camino de récords goleadores y solo chutó en una ocasión a un Villarreal que se topó con Courtois en el primer acto y defendió con firmeza el empate, rebajando la brillantez del líder.

De sus derrotas en el Santiago Bernabéu, estadio maldito para Emery, donde tan solo había puntuado en una ocasión en su carrera, aprendió el técnico lecciones que plasmó en un planteamiento que rebajó la eficacia del Real Madrid en su estadio. El Villarreal quiso el balón en un bello duelo táctico, reforzado por la apuesta por centrocampistas puros, con Capoue y Coquelin como escuderos de Dani Parejo, y por una presión mal ejecutada por los hombres de Ancelotti.

El equipo blanco está cómodo desde la verticalidad y con menos posesión que su rival le costó meter la marcha que desequilibra los duelos. Por las alas buscó el equipo de Emery la debilidad madridista, con Valverde en una extraña posición de lateral derecho. Le buscó Danjuma y en sus botas estuvo la primera ocasión de peligro que salvó Courtois con una gran estirada abajo.

La realidad es que el peligro lo puso el equipo de Emery, con otro remate salvado por Courtois, a Alcácer. En el atasco, el Real Madrid pidió penalti en una subida de Nacho con decisión hasta que fue derribado por Raúl Albiol. Su equipo no funcionaba y Ancelotti buscó soluciones al descanso. El centro del campo pedía refuerzos y apostó por Camavinga.

El guion cambió en los minutos de mayor superioridad madridista, pero sin inquietar a Rulli. Ningún disparo a puerta hasta el minuto 82. El Villarreal demostró la razón de sus tres goles encajados en siete jornadas. Se defendió con criterio, anque le faltó ambición para ir a por el partido, ya que reculó en exceso.

La primera intervención del meta visitante llegó a ocho minutos del final, a un remate de cabeza de Isco. Poco después, Nacho salvó un resultado peor con velocidad, evitando en el último segundo el mano a mano de Rubén Peña ante Courtois. El Villarreal fue el primer equipo que supo desfigurar al equipo de Ancelotti en el Bernabéu.