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Golpe de realidad en el Pepico Amat

El orden defensivo del Pulpileño y su eficacia a balón parado fulminan al Eldense, de nuevo romo en ataque - Una parte de la afición abandona el estadio tras el doblete firmado por Cristo García - Primera derrota tras cuatro empates seguidos

Arriba, Paco se lamenta tres encajar un gol del Pulpileño; debajo, el potero Pizana evita un remate claro del Eldense, ayer. | ALEX DOMÍNGUEZ

El Nuevo Pepico Amat volvía a recibir a un Eldense que, tras enlazar cuatro empates, seguía sin acabar por enganchar con las expectativas generadas. A Elda llegaba el Atlético Pulpileño tras la goleada recibida ante La Nucía y con la obligación de mejorar sus sensaciones tras dicho traspié.

Golpe de realidad en el Pepico Amat

Como suele ser la tónica, los locales volvieron a monopolizar el esférico, pero el orden defensivo del Pulpileño volvería a ser una losa para los locales. El conjunto visitante a gusto atrás y dispuesto a salir aprovechando los errores defensivos de los locales, dejó que el Eldense fuera quien primero pusiera el peligro sobre el área de Héctor Pizana en un par de llegadas sin excesivo peligro. Poco necesito el conjunto almeriense para hacer sangre en el Pepico Amat.

En su primera incursión en el área de Guille Vallejo, Cristo Garcia golpeaba con potencia para situar a palo largo el cuero lejos del meta local. El jarro de agua fría y la urgencia local beneficiaba a un Pulpileño que acrecentó su intención de jugar atrás y dejar que los locales se jugaran los cuartos. De varias maneras el Eldense mereció el gol, más por insistencia y coraje que por fútbol. Sin ideas y a trompicones, el Eldense probó suerte con un golpeo que Makel mandó al poste y un zarpazo de Ortuño al que Pizana dio buena respuesta. El Pulpileño cerraba el primer tiempo aprovechando las perdidas atrás de la defensa del Eldense pero mandando su remate al limbo.

A cara de perro, con cuarenta y cinco minutos por delante, el Eldense salía con la obligación de echar el resto. Los locales, en un balón parado ejecutado por Ñiguez, volverían a hacer que Pizana sacase una mano providencial cuando el cuero local ya atisbaba la escuadra visitante. Pero el Pulpileño que cuando pisaba área dejaba silenciado el estadio, primero hizo trabajar a Guille Vallejo con dos paradas a bocajarro antes de que la pesadilla del ariete visitante, Cristo Garcia, tras un saque de esquina, colocase un potente cabezazo dirigido a la escuadra local que inapelable situaba un 0-2 prácticamente letal.

El quiero y no puedo local se convirtió en angustia cada vez que las perdidas de balón se convertían en contras del Pulpileño. El Eldense, nadando en un mar de dudas, sucumbió al ser apuntalado, nuevamente en un balón parado horriblemente defendido, que Nacho Ruiz, en un calco al anterior envío de Cristo, mandaba a la red. El Eldense no es capaz de disipar dudas... ni de arrancar.

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