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La Reina del Desierto

La ilicitana Ariadna Ródenas gana en su debut en la Titan Desert tras seis etapas y 650 kilómetros en bicicleta por dunas, difíciles pistas con grandes desniveles y tener que dormir en jaimas

Ariadna Ródenas tras su llegada a la línea de meta como ganadora de la Titan Desert. | T.D.

Superar 650 kilómetros en bicicleta por la cordillera del Atlas y el desierto de Marruecos recorriendo dunas, difíciles pistas con grandes desniveles y dormir en jaimas ya es un éxito. Pero si encima lo haces ganando la «Titan Desert» en tu primera participación eso significa un auténtico éxito sin precedentes.

Ese hito ha tenido como gran protagonista a la ciclista ilicitana de 34 años Ariadna Ródenas, que el pasado fin de semana de proclamó vencedora absoluta de la categoría femenina de la dura prueba africana de 2021.

«Si lo puedes soñar, lo puedes lograr» es el lema de esta súper mujer, quien asegura que su objetivo era solo hacer una buena carrera y nunca había entrado en su imaginación la posibilidad de ganarla.

«Participar en la Titan Desert es algo que deseaba y tras ganar la Titan de La Mancha 2019 me gané la posibilidad de hacerlo. El año pasado no se celebró y este año he podido cumplir el sueño. Pero jamás pensé que podía ganar. Solo mi entrenador, Juanfran Andreu, me decía que podía conseguirlo y yo le contestaba que estaba loco. Al final, tenía razón, ha sacado lo mejor de mí y he logrado algo que jamás podía imaginar», comenta la ciclista ilicitana.

Ariadna Ródenas es una especialista en pruebas de ultra maratón de ciclismo y el pasado mes de junio se proclamó campeona de Europa de la categoría M-30 en Viella (Lleida) después de superar 213 kilómetros con 6.600 metros de desnivel. Sin embargo, después de disputar y ganar la Titan Desert asegura que «ha sido la prueba más dura que he corrido nunca. Son 650 kilómetros en seis etapas. Las dos primeras por la cordillera del Atlas, llegando a los 2.300 metros de altura y luego bajamos hacia el sur en el desierto de Marruecos. Tienes que dormir en colchonetas en una jaima, en un campamento en medio de la nada y no dispones de ninguna comodidad».

Por ello, la súper heroína de Elche señala que «es una prueba que físicamente te exige mucho, pero en el aspecto psicológico hay que ser muy fuerte para estar ahí en el desierto en medio de la nada pedaleando. Tienes delante unas llanuras tremendas de arena, sin una referencia clara, el viento, el calor, con temperaturas de 40 grados, y las dunas enfrente tuya esperándote. Resulta todo muy complicado. Es una tarea mental difícil de digerir».

Ródenas indica que «era consciente de que físicamente podía aguantar el reto, pero ha sido casi más importante superar el aspecto psicológico. Soy una corredora que sabe gestionar la cabeza en este tipo de pruebas de larga distancia. No decaigo y consigo mantener el ritmo. Eso en la Titan Desert es clave».

La ciclista ilicitana comenzó la prueba un poco a verlas venir. Pero tras ganar la etapa reina de la segunda jornada se dio cuenta que podía aspirar al podio. Tenía como rivales a las catalanas Ramona Gabriel, que corría su séptimo Titan Desert, y a Silvia Roura. Era la experiencia contra una novata.

La ciclista ilicitana con su piedra fósil de finisher, en un momento del recorrido por el desierto y junto al ganador de la categoría masculina, el suizo Kenny Looser, quien también debutaba en la prueba.

La ciclista ilicitana con su piedra fósil de finisher, en un momento del recorrido por el desierto y junto al ganador de la categoría masculina, el suizo Kenny Looser, quien también debutaba en la prueba. JOSÉANTONIOGALVAÑ

Sin embargo, todo cambió en la cuarta jornada. Ramona Gabriel sufrió una avería, y Ariadna Ródenas llegó a la meta con 40 minutos de ventaja y se colocó líder. Ahí se dio cuenta de que podía ganar, aunque quedaban todavía dos duras etapas en el desierto por delante y todo podía pasar. Incluso, en la última jornada, las dos corredoras catalanas intentaron hacerle una encerrona, pero, al final, pudo salvar el liderato y cantar victoria «aunque resultó muy duro», reconoce la ciclista ilicitana.

«Han sido seis días, pero me ha dado la sensación de que muchos más. Allí, en medio del desierto se pierde incluso la noción del tiempo. El estrés es tremendo y no tienes tiempo para aburrirte. Duermes en jaimas, te levantas, preparas la maleta porque cada día cambias de campamento, corres, acudes al masaje, comes… Al final llegas a desconectar del mundo exterior», explica satisfecha después del tremendo esfuerzo.

«Yo no soy de rezar mucho, pero en los momentos malos, hacía mis plegarias a mi abuelo (José Guilabert), que nos dejó hace tres años y esta victoria va dedicada a él». Ariadna Ródenas también quiere compartir este gran éxito «por supuesto con mi entrenador Juanfran Andreu, que siempre creyó en mí, y el resto del equipo, entre los que se encuentra la firma Mondraker. Si hubiera fallado alguno de ellos, esto sería imposible. Esta victoria es gracias a ellos». Tampoco se olvida de su familia que «siempre está ahí».

La Reina del Desierto

Solo siete años corriendo en bicicleta

La ciclista ilicitana solo lleva siete años corriendo en bicicleta, lo que eleva mucho más el mérito de ganar la Titan Desert. «Hacía carrera a pie y en el club en el que estaba empezó a formar la sección de ciclismo. Empecé a preparar el Duatlón de Santa Pola y cogí una bicicleta que tenía arrumbada por ahí. Me gustó y hasta aquí he llegado, con este éxito que es, sin duda, el mayor de mi carrera».

Después de un vuelo desde Marruecos a Madrid, viajar en AVE a València y en coche hasta Elche, Ariadna Ródenas ya se encuentra en casa. Trabaja en un taller montando bicicletas. Entre semana entrena un par de hora, porque no tiene tiempo para más, y los fines de semana aprovecha y hace entre tres y cinco horas. Ahora, su próximo reto es el Campeonato de España de Ultramaraton, sobre 180 kilómetros, que se celebra este sábado en León. «No sé si voy a llegar en forma o voy a reventar», concluye entre risas la Reina del Desierto.

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