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El Lucentum y el Intercity negocian unirse

Los dos clubes trabajan de manera conjunta en un modelo de gestión que permita a ambos optimizar recursos y beneficiarse de la sinergia

Imágenes de archivo de ambos conjuntos esta temporada

Unir destinos. Sumar. Crecer sin gigantismo, de manera coherente, dando los pasos correctos, firmes. La Fundación Lucentum, después de solidificar su presente partiendo de un pasado angosto, lleno de agujeros y malformaciones, mira hacia el futuro, hacia ese horizonte que asoma al fondo por el que acabará apareciendo la ACB, antes o después. Para conseguir el acceso real a la élite hacen falta cambios estructurales, fortalecer institucionalmente el proyecto y dotarlo de capacidad de autogestión financiera para no volver a repetir vicios pretéritos letales.

Desde la eliminación en semifinales frente a Breogán, la directiva que encabeza Toni Gallego trabaja en la captación de capital que posibilite el desarrollo del primer equipo más allá de la LEB Oro, que haga factible atravesar el puente de acceso al club de los 18 ahora que este ha entendido que debía reducir considerablemente la carga económica a cualquier futuro inquilino adaptándola a la realidad del mercado en el que opera el baloncesto en la actualidad.

A pesar de la rebaja de lo que antaño se denominaba canon, que ahora se acerca a dos millones, casi la mitad que hace tres años, la Fundación no tiene capacidad para generar esa cantidad por sí misma. Hacerlo le obligaría a desmantelar su actual infraestructura de entidad formativa, es decir, de sus escuelas de basket y todos los equipos de base, tanto masculinos como femeninos.

Generar un presupuesto anual que sufrague el gasto que origina el ingreso y posterior participación en la ACB y todo el tejido formativo solo es posible atrayendo capital externo. La Fundación lleva trabajando en la cristalización de un acuerdo con inversores desde que asumió el reto de resucitar el club en el que fue jugador su actual presidente. Ninguno de los presupuestos, desde la creación del actual HLA, se ha cerrado en falso, pero se ha tocado techo.

Toni Gallego y Daniel Adriasola, en el Pedro Ferrándiz. | HÉCTOR FUENTES Pedrorojas

De todas las conexiones establecidas, la que mejor ha empastado ha sido la que se ha abierto con el Club de Fútbol Intercity. Tal es así, que los patronos de la Fundación acompañaron a la directiva de Salvador Martí en la salida a Bolsa del equipo alicantino el pasado viernes en la culminación de una acción pionera en el país.

El constante rumor acerca de la inminencia del acuerdo entre ambas entidades, cada día más bullicioso en los círculos de interés y de acción social de los dos clubes y sus respectivos entornos, obliga a creer que la negociación sigue abierta y que, lejos de romperse, se acerca a su resolución.

Establecer los parámetros del acuerdo entre los dos, la estructura resultante, su organigrama, su funcionamiento diario son asuntos clave a dilucidar. Cualquiera de los modelos que, llegado el momento, se elija, tendrá un denominador común: aprovechar al máximo la sinergia resultante optimizando al máximo los recursos y los activos que poseen las dos entidades, tanto los materiales como los intangibles.

En la actualidad ha un modelo gestor que ha sido capaz de aunar a un equipo de fútbol con uno de baloncesto sin que ninguno de los dos tuviera que renunciar a su identidad. Funciona en Vitoria y es el que reúne en torno a la figura de José Antonio Querejeta al Baskonia y al Deportivo Alavés. Si los fundadores de la firma FacePhi han logrado que cotice en el mercado de valores un equipo de Segunda RFEF, todo es factible.

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