Uno no sabe bien lo que es, pero este Intercity transmite optimismo. Bien sea por su forma de gestionar la entidad, innovadora. O por haber hecho acto de presencia en una ciudad en la que el club histórico lleva años dando motivos solo para el pesimismo. Convive con acusaciones de engendro, de no tener un campo propio, de carecer de afición e historia. Pero el caso es que sobre el terreno de juego sabe a lo que juega. Y, tras un inicio de curso dubitativo, lleva ya un tiempo transmitiendo sensaciones de serio candidato al ascenso.
Siete jornadas sin perder y tres victorias seguidas como local, todas en el exilio de Santa Pola. La última de ellas este domingo, contra el Puertollano, por 4-0. Cualquiera podría pensar que fue una exhibición, que el Intercity jugó al límite. No dio esa sensación. Y que esto sea tomado como algo positivo. Los hombres de Gustavo Siviero apretaron cuando lo consideraron oportuno. Y golearon. En una categoría en la que otros sufren, el Intercity empieza a parecer que juega en su hábitat, sabiendo lo que hacer en cada momento.
La racha se prolongó en un exilio que el Intercity está convirtiendo en un fortín. Y con un futbolista, Cristian, que ya estaba en el equipo antes de los fichajes de renombre del verano. Desde la mediapunta marcó diferencias con tres asistencias decisivas. Kecojevic, Ferroni, Josiel (de penalti) y Álvaro Pérez fueron los goleadores. Los hombres de Gustavo Siviero fueron muy prácticos ante un oponente que empezó fuerte, aunque se diluyó con el paso de los minutos.
El Intercity tardó en llegar al partido y tuvo suerte de no verse penalizado por ello. En gran parte fue gracias a Manu Herrera, que detuvo un penalti al inicio del duelo. A los dos minutos, Rofino derribó dentro del área a Iván Limón, en una acción en la que el rival estaba escorado y el defensor se precipitó. El mismo Limón buscó el gol, pero se topó con la parada de Manu.
La tónica de dominio visitante se mantuvo hasta el ecuador del primer acto, aunque el Puertollano llegaba y no tiraba. Volcó su ataque por la banda izquierda de Abraham, un extremo descarado que puso contra las cuerdas a la zaga del Intercity y que, con un centro-chut envenenado, intentó sorprender al veterano meta local, sin lograrlo.
Esta ocasión sirvió para que los «hombres de negro» hicieran clic. Primero acumularon varias llegadas con peligro en apenas cinco minutos, mostrando más pegada que su oponente. Simón salvó casi a bocajarro un remate de Carmona y, poco después, el asistente anuló la posición de Binu por fuera de juego cuando el lateral se plantaba solo ante el portero rival y un mal control de Josiel le impidió generar una ocasión clara, tras un buen pase de Cristian.
Hasta el descanso, el Intercity logró pasar a dominar el encuentro, dejando atrás el mal inicio. José García, con un remate acrobático desde la frontal, volvió a poner a prueba a Simón, que nada pudo hacer ya en la última acción de la primera parte, en la que los alicantinos se adelantaron en el marcador.
El show de Cristian
Cristian no marcó, pero fue el hombre clave en el gol. Primero porque, con el tiempo casi cumplido, le sacó con pillería una falta a Saiz. Y luego porque cuando todos esperaban un remate directo, el «10» del Intercity se abrió hacia la zona lateral del área para recibir el balón y meter un pase al área pequeña que, en la melé de futbolistas, encontró a Kecojevic para canjearlo por el 1-0.
El show de Cristian continuó al reiniciarse el duelo. En el primer minuto del segundo parcial avisó con una acción individual desbaratada por Simón, pero poco después volvió a desequilibrar a favor de los suyos para doblar la ventaja, con un buen pase a la entrada de Ferroni desde la banda izquierda. El argentino no se puso nervioso, encaró a Simón y le batió con una tranquilidad propia de un delantero centro.
A partir de ahí, el Intercity supo jugar el partido que le convenía, sin tomar riesgos y sin dar vida al Puertollano. En otra aparición de Cristian, esta vez para asistir a Coco, llegó el tercero. El atacante del Intercity fue derribado por Simón dentro del área y la pena máxima la ejecutó Josiel para sentenciar el choque. Aún dio tiempo a que Álvaro Pérez, tras un rechazo en un córner, cerrara la goleada con el 4-0 definitivo que alarga la racha: siete sin perder, tres de tres en Santa Pola y 360 minutos imbatidos en casa.
