Fernando Alonso es incombustible. Esta temporada ha cumplido 40 años (Oviedo, 29 de julio de 1981) y el domingo logró en el circuito de Losail, que acogía por primera vez un gran premio de Fórmula 1, el 98º podio de su carrera, siete años después del último y en un fin de semana en el que mostró una gran consistencia a los mandos del Alpine, la mejor carrera de su temporada.

Llegó a Qatar luciendo ‘El Plan’, reivindicando sus opciones para el 2022 y mostrando que pese a la edad mantiene la ilusión de sus inicios. En la espectacular carrera de Qatar lo rubricó, refrendando su carácter, clase y ambición.

Después de dos años de ausencia de la F1 la vuelta no ha sido nada fácil, tanto por el ritmo de la competición y el hecho de que los coches han cambiado sustancialmente, como porque este Alpine no tiene nada que ver con el McLaren que conducía en 2018. La adaptación ha sido más que complicada, sin apenas pretemporada, y el asturiano, que ha puntuado en 14 de las 20 carreras celebradas, no ha dudado nunca en sus posibilidades.

Carácter, ilusión y motivación

Fernando Alonso se sigue mostrando rápido, constante y ambicioso, con enorme carácter en la pista. En resumen, el Fernando de toda la vida.

Nunca se ha rendido y el ejemplo más claro de ello es esta nueva etapa en la F1. Fernando señalaba después de saborear este anhelado podio que “ha sido una larga espera desde el último –Gran Premio de Hungría de 2014- y estoy muy feliz por este momento. Ejecutamos una buena carrera con la estrategia a una parada y el coche estuvo genial todo el fin de semana”.

El asturiano hizo hincapié en que “en la carrera de uno siempre hay altibajos. Tuve momentos fantásticos en Le Mans o en la Resistencia, pero volver a la F1 de cara a preparar el 2022, con las nuevas reglas y tener la recompensa de este podio a final de año sabe muy bien. Estamos más preparados que hace diez meses. Al final de este 2021 estamos a otro nivel en comparación con la primera mitad del año. Estoy feliz y la preparación va por el camino correcto”.

Toda su concentración se centra ya en el próximo ejercicio, que considera crucial. Al respecto, considera que “es difícil predecir qué sucederá en el futuro, pero me encantaría luchar contra Mercedes y Red Bull y contra quien haga un buen coche el año que viene. Cuando decidí regresar fue con el ánimo de volver a ser campeón. Es un ‘reset’ para todos y depende de nosotros hacer un coche rápido. No es como ahora, que continuábamos con el coche anterior. Si estamos en esa situación, me siento preparado y fuerte para estar en la batalla”.

Quitarse la espina

El asturiano disputó en Qatar su 332º Gran Premio en la Fórmula 1, siendo el segundo piloto de todos los tiempos que más carreras ha disputado por detrás de Kimi Raikkonen. El finlandés, que tiene 42 años, ya ha disputado 350. Con dos títulos, 32 victorias, 22 poles y 98 podios en el campeonato, ha vuelto para quitarse una espina clavada.

Desde que ganó el GP de España de 2013 y subió al podio en Hungría 2014 sus resultados no habían estado acorde a su nivel. El movimiento a McLaren, entonces propulsado por Honda, fue un rotundo fracaso. Alonso se mantuvo ‘vivo’ compitiendo lejos de la F1, refrendando semana sí semana también su talento. Destacó en disciplinas tan dispares como son la Resistencia, ganando en Daytona, Le Mans y coronándose como campeón del mundo, o el Dakar e Indianápolis, donde también dejó su huella en las míticas 500 Millas.

La ambición de Fernando hizo que retomara el reto de la F1 cuando le llegó una firme propuesta de Alpine. El bicampeón español vio en el cambio de reglas de 2022 una excelente posibilidad para cambiar el orden establecido de la parrilla y, bajo el amparo de Renault, su escudería aspira a luchar por victorias y podios el año que viene en un escenario que abre los pronósticos.

En Qatar demostró que tiene todavía mucho que decir y, especialmente, si tiene un buen coche a su disposición.