La selección española femenina de balonmano evidenció que posee el carácter necesario para poder soñar en el Mundial que arrancará el miércoles en Torrevieja, tras imponerse este domingo por 23-22 a Alemania, en un encuentro que las «Guerreras» perdían por tres goles (19-22) a falta de doce minutos para la conclusión. Un tiempo en el que España, aferrada a las paradas de la incombustible Silvia Navarro, recobró la fortaleza defensiva que le había caracterizado en el arranque de partido, para dar la vuelta (23-22) a un marcador, en el que las germanas no pudieron volver a sumar. Tras solventar con nota sus dos primeros compromisos ante Eslovaquia y Polonia el conjunto español se sometió ante la siempre exigente Alemania, con la que las «Guerreras» podrían cruzarse en los cuartos de final, a una prueba para calibrar su auténtico nivel a escasos días del inicio del Mundial que se disputará en España.

Y lo cierto es que, al menos de partida, las sensaciones no pudieron ser mejores para el equipo español, gracias a un sensacional trabajo defensivo, como atestiguaron los más de siete minutos que tardó Alemania en poder inaugurar su marcador (4-1).

Con Lara González y Ainhoa Hernández infranqueables en la zona central y unas agresivas Almudena Rodríguez y Carmen Campos en los laterales las de José Ignacio Prades no sólo cerraron todos los caminos al conjunto alemán, sino que además pudieron dar rienda suelta a su veloz juego de contragolpe.

Un trepidante juego que las «Guerreras» quieren convertir en su seña de identidad, para lo cual el seleccionador en sus múltiples combinaciones defensivas parece priorizar aquellas que eviten los cambios ataque-defensa.

Circunstancia que permitió a Lara González revivir los inicios de su carrera, cuando apuntaba a una sensacional cañonera, ocupando con más que notables resultados el lateral izquierdo del ataque español.

Y es que Lara González no sólo demostró que sigue disponiendo de un poderoso brazo sino la capacidad para leer el juego y saber el momento exacto en la que conectar con las pivotes, como demostró con la asistencia a Ainhoa Hernández que permitió a España situarse con una renta de cinco goles (8-3) en el marcador.

Un resultado que hizo saltar todas las alarmas en el banquillo alemán que se vio obligado a solicitar con urgencia un tiempo muerto para tratar de reconducir la situación.

Parón que no pudo sentar mejor al conjunto germano, que con la presencia de Xenia Smits en pista, no sólo mejoró sus prestaciones defensivas, sino que comenzó a encontrar algún que otro resquicio en el muro defensivo español. Una circunstancia que unida a las imprecisiones provocadas por las rotaciones, en las que hoy no volvió a participar la central Alicia Fernández, aquejada de unas molestias, permitieron a Alemania reducir a tan sólo dos tantos (13-11) su desventaja a la conclusión del primer período.

Ventaja que se diluyó por completo (13-13) en el arranque de una segunda mitad, en la que Alemania comenzó a hacer valer cada vez más y más su superioridad física.

Toda una prueba de madurez para el equipo español, que por primera vez a lo largo del torneo se encontró con un rival capaz de plantarle cara.