El mejor gol de Vinicius en el Real Madrid, tapado durante 87 minutos hasta que inventó una obra de arte para tumbar a un Sevilla de Lopetegui que desfiguró al líder y le quitó chispa hasta que, con más corazón que fútbol, firmó una remontada gracias al ímpetu de un futbolista con una fortaleza mental extraordinaria.

El Sevilla logró desfigurar al Madrid mientras le duró el físico. Con Montiel poniendo freno al peligro que aseguraba la velocidad de Vinicius, encontró el escenario deseado desde el orden y las ideas claras en la propuesta de Lopetegui. Si además le añadía errores de peso en acciones de pizarra, el daño estaba asegurado. Nadie entendió como el jugador más alto, Rafa Mir, estaba libre de marca a un saque de esquina para cabecear solo a la red y dejar en nada la estirada de Courtois a los doce minutos.

La inestabilidad de local del Real Madrid reaparecía. Momentos de nervios que se apoderaron de Dani Carvajal, impreciso en salida de balón, con dos regalos al rival que desaprovechó Rafa Mir. La primera la sacó Alaba bajo palos y tras el rechace una mano salvadora de Courtois.

Lento, estático, faltó de movimientos al espacio. Cuando al Real Madrid le tocó atacar desde la posesión mostró dudas. Le quedaba el recurso del disparo lejano. Con Alaba y Kroos probando suerte antes de que le tocase la lotería tras el intento de Militao. Llegó tras el disparo de Ocampos al travesaño. Del 0-2 al empate en un abrir y cerrar de ojos. La mala decisión de Bono ante el chut lejano. La duda, el balón encima y el rechace al poste para que Benzema marcase a placer el empate.

La importancia de un pulso por el liderato se sintió en un duelo de respeto. Quiso despertar del letargo Ocampos, que pidió penalti de Alaba, y Marco Asensio, con dos zurdazos desde la frontal que rondaron el gol antes del descanso.

No encontró espacios para generar peligro en estático el Real Madrid. Con Vinicius vigilado de cerca pero atento para correr a la contra cuando el Sevilla adelantó líneas en una acción. La chutó arriba a los 70 minutos en un aviso que invitó a Lopetegui a conservar lo que tenía. Sumado al desgaste físico sevillista, provocó un final de incertidumbre con dominio madridista. Con el impulso que le metieron Valverde y Camavinga con su entrada, Alaba remataba fuera una acción a balón parad y Kroos una falta hasta la aparición estelar de «Vini». Como un león enjaulado que se liberó, con un control de pecho orientado para lanzar su carrera e inventar un derechazo a la escuadra en uno de esos disparos que hace unos meses iban al córner y ahora coloca en la escuadra.

La evolución de un futbolista sin techo que lideró al Real Madrid y que, junto a una segunda parada salvadora de Courtois, abajo al testarazo de Delaney, regalaron un triunfo de oro en un duelo de grandeza que hace más líder al cuadro de Ancelotti.