El saltador de Onil Eusebio Cáceres consiguió este sábado su séptimo título de campeón de España de longitud en pista cubierta con un salto de 7,97 metros insuficiente para garantizar su presencia en los Mundiales de Belgrado, para los que se exige una mínima de 8,22 o estar entre los 12 primeros del ránking mundial.

Con el recuerdo todavía caliente del nuevo récord -y el cuarto título- de María Vicente en el pentatlón, los 58 Campeonatos de España de atletismo en pista cubierta se reanudaron este sábado en el pabellón Expourense con tres finales matutinas y el desenlace del heptatlón.

Antes se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del naufragio del pesquero español en Terranova, entre ellas un hermano de Jean Marie Okutu, diez veces campeón de España de longitud.

Once años después de su primer título en pista cubierta, Eusebio Cáceres, uno de los grandes del atletismo español (cuarto en los Mundiales de Moscú 2013 y en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020), obtuvo el séptimo en cerrada lucha con Héctor Santos, subcampeón con 7,87.

Cáceres se estrenó con un nulo, pero ya en el segundo tomó la cabeza con 7,83, su mejor salto del año en ese momento. A continuación Héctor Santos, nuevo en la "cuadra" alcarreña del técnico cubano Iván Pedroso, le superó por 4 centímetros, una vez que el vídeo probó que su salto, al límite de la tabla, había sido válido.

El título iba a estar reñido pero quedó sentenciado cuando Cáceres voló hasta los 7,97 en el cuarto y superó incluso al chino Changzhou Huang, que participaba fuera de concurso. Por delante del alicantino, en el historial de títulos, sólo queda Antonio Corgos, que tiene ocho.

Queja por el horario

Eusebio Cáceres lamentó, no obstante, haber tenido que buscar la mínima para el Mundial de Belgrado a una hora tan temprana como las 10.30 de la mañana. "He tenido una sensación extraña. Venía un poco a ciegas porque en la última competición tuve un susto, pero me ha salido más o menos bien. Se notó que competíamos a las 10 de la mañana, porque todos estábamos para saltar más", comentó tras el concurso.

Cáceres se quedó lejos de la mínima para el Mundial de Belgrado, que es de 8,22, y queda a la expectativa de posibles repescas por ránking.

"No tengo mínima, pero no tengo intención de competir más, precisamente por ese problema físico. Esta era mi última bala, y por eso era extraño tener que buscar mínima a las 10 de la mañana", reiteró. 

Ureña, otro título

El también atleta de Onil Jorge Ureña se fue el viernes por la noche con los dos pies vendado y cojeando. En vez de retirarse, como iba líder del heptatlón, decidió probar a ver cómo se sentía, y acabó consiguiendo el título de campeón de España. El alicantino, como le viene ocurriendo con esta lesión desde que empezó, se levantó sin dolor. Hizo unas buenas vallas (ganó con 7.95, su mejor tiempo de la temporada), mejoró su marca personal en la pértiga (5,05) y arrasó en el 1.000 (2:43.83).

Jorge Ureña durante una de las pruebas Sergio Mateo Maria

“Yo tampoco lo entiendo”, asegura el atleta del Playas de Castellón, que llegó al segunda día de competición sin los vendajes con los que se marchó la víspera. “Esto es un misterio y llevó así desde el verano pasado. En Aubiere (Francia) iba cojo y no podía ni andar, pero a los tres días ya podía entrenar normal. Se me hincha, se me deshincha. Ya no sé qué hacer. Hoy el pie estaba perfecto. Me cabrea porque he perdido una competición a la que llegaba muy bien”. El discípulo de José Antonio Ureña quiso terminar al fin un heptatlón, algo que no había conseguido en toda la temporada. No ha conseguido el objetivo de llegar al Mundial, pero ahora lo que más le preocupa, con vistas al aire libre, es dejar atrás esta lesión que viene y va. En pretemporada hizo un trabajo específico muy concienzudo, pero llegó el Criterium del Luis Puig y volvió a hacerse daño. “No sé qué hacer. Estamos todos un poco perdidos, nosotros, los médicos, mi fisio... No sabes qué hacer”.