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Ciclismo

Emily Bridges, la ciclista transexual a la que no dejan correr como mujer

La corredora galesa, de 21 años, defiende que cumple con los requisitos al haber bajado al mínimo los niveles de testosterona en su cuerpo.

Emily Bridges.

La polémica ha cobrado tal envergadura en el Reino Unido que el primer ministro, Boris Johnson, ha llegado a manifestar que "los hombres biológicos no deben competir contra mujeres". Pero esta historia es la de una deportista transgénero, ciclista por más señas, Emily Bridges, de corazón galés, que ha estado luchando meses por bajar el nivel de testosterona de su cuerpo para cumplir con la normativa y conseguir competir como mujer. Y cuando lo ha logrado, le han cerrado la puerta para sentirse, según sus propias palabras, "acosada y demonizada".

Todo sucedió cuando a Bridges la Unión Ciclista Internacional (UCI) le impidió este mes participar en el campeonato británico de pista femenino (concretamente en la prueba de ómnium). La federación internacional alegó que no podía correr porque tenía ficha masculina.

Una norma de marzo de 2020

Sin embargo, ella llevaba meses sufriendo las consecuencias de reducir la testosterona de su cuerpo para no tener ventaja sobre sus rivales. La norma estipula que partir del 1 de marzo de 2020, las mujeres transgénero deben reducir sus niveles de testosterona por debajo de los 5 nanomoles por litro de sangre al menos un año antes de apuntarse a la primera competición femenina.

Bridges, de 21 años, se declaró públicamente transgénero en octubre de 2020. Poseía al menos dos récords británicos en categoría júnior masculina. Y, a partir de entonces, comenzó el tratamiento hormonal para reducir la tasa de testosterona (es decir de masculinidad) de su cuerpo. "Desde el primer momento en que hice pública mi condición recibí el apoyo de muchos ciclistas pero también mensajes de grupos anti-trans y de personas hostiles, que decían que obtendría una ventaja injusta como mujer si competía en carreras femeninas", relata Bridges al medio especializado 'Cycling Weekly'.

El proceso hormonal

El proceso hormonal, que debía compaginar con entrenamientos alrededor de su casa, al sur de Gales, comenzó hace 15 meses y suponía reducir el nivel de testosterona habitual en un hombre (10-35 nmol/l) hasta menos de 3 nmol/l). Emily lo consiguió en menos de una semana. Pero tenía que seguir compitiendo como hombre. Un desastre, en lo deportivo. Con su cuerpo liberado de testosterona no tenía la potencia que había desarrollado plenamente cuando era uno de los mejores júniors británicos. En el Campeonato de Gales de ciclismo en ruta, categoría masculina, disputado en septiembre de 2021, quedó en penúltima posición. El ganador le sacó una vuelta completa al circuito, nada menos que 12 kilómetros. "Había pasado de ser el favorito, al último", relata Bridges en el mismo medio especializado en ciclismo. "Sin testosterona me sentía exhausta; sencillamente no recuperaba y muy cansada después de los entrenamientos. Además, me acusaban de tener ventaja por mi altura, al ser más alta que otras mujeres. Pero en el ciclismo masculino los ciclistas bajitos suelen ir muy rápidos, sobre todo en las etapas de alta montaña”.

Amplia difusión

Y comenzó a cambiar su fórmula de entrenamiento, más aerodinámica con menos motor, más descanso, sesiones menos intentas… "comenzaba a divertirme". Se sentía plenamente preparada para disputar el primer fin de semana de abril el Campeonato femenino británico de pista. Y entonces llegó mazazo. Una polémica que ha tenido amplia difusión con entrevistas en la CNN y artículos en diarios como ‘The Guardian’, y hasta la intervención, no sin polémica, del ‘premier’ Johnson.

"No fue justo porque en los últimos 12 meses había estado muy por debajo de las regulaciones de testosterona", argumenta Bridges

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Cuando ya estaba lista para competir por primera vez como mujer, y solo un par de días antes de subirse a la bici, le comunicaron la negativa. "No fue justo porque en los últimos 12 meses había estado muy por debajo de las regulaciones de testosterona y había demostrado que cumplía con los criterios de elegibilidad para ciclistas transgénero”, relató a ‘The Guardian’.

La campaña de acoso

A la negativa de correr, llegó una campaña de acoso. "He sido demonizada y acosada por aquellos que no se preocupan por el bienestar de las personas ni apoyan a los grupos marginados". Tuvo que privatizar su cuenta de Instagram. Y hasta algunas deportistas profesionales, como la atleta de 800, Ellie Baker, mostraron rechazo a que pudiera correr como mujer. "La primera decisión de dejarla participar era ridícula", argumentó la mediofondista británica.

Ahora, Emily Bridges está en el limbo. El debate sigue abierto en el Reino Unido. La federación local trata de encontrar una solución hablando con la UCI, pero pese a una normativa que entró en vigor en marzo de hace dos años, favorable a la integración de las ciclistas transgénero si bajaban la testosterona, ella sigue sin poder correr.

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