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Jaime Cremades, «Ñago» Director general del Eón Horneo Alicante

«Necesitamos que Maristas sea una caldera para ganar»

Jaime Cremades ,"Ñago" Eón Horneo

Jaime Cremadres ‘Ñago’, Director General del EÓN Horneo Alicante, nos atiende en la semana más importante para el equipo. Este sábado se enfrentan al UBU San Pablo Burgos en el primer partido de la vuelta en la fase de ascenso a la Liga Sacyr ASOBAL. De ganar, se meterían en plena pelea, y para ello quieren que su nueva casa, el pabellón de Maristas sea una “caldera”. Las obras en el Pitiu Rochel les han obligado a buscar otra pista para terminar la temporada.  

Este sábado empieza la vuelta de la fase de ascenso a División de Honor frente al UBU San Pablo Burgos, ¿es este partido el más complicado de los cinco que quedan?

Sí. Fundamentalmente. Si no ganamos este fin de semana, las opciones de ascenso se nos reducen mucho. Tenemos que ir partido a partido, obviamente, y estar centradísimos en este primer encuentro. 

En la ida se perdió en Burgos por una amplia diferencia, ¿cree que ese resultado está presente en la plantilla y sirve de motivación extra?

 Sí. Y debe estarlo. Nos hizo mucho daño porque nos ganaron de 14 goles. Ningún equipo nos ha ganado de tanto esta temporada. Por lo que, tiene que hacer el efecto contrario y tiene que servir para que los jugadores se motiven aún más y así devolverles ese tanteador al Burgos. 

Hablando de motivación, ¿cómo está la plantilla?

El equipo está muy motivado. Está en una línea ascendente de motivación y juego increíble y nos gusta mucho a todos los que estamos pendiente de ellos, tanto directiva como afición. Vemos que en el vestuario existe un ambiente que transmite ilusión. 

Ya se ve en los partidos cómo celebran cada gol desde el banquillo. ..

Al final es labor de los entrenadores que están dando ese carácter al grupo. Además, los jugadores saben que estamos en la recta final y tienen la experiencia, carácter y caché como para afrontar partidos de esta envergadura. Saben de más lo que es jugar fases de ascenso como lo que estamos jugando y todo lo que ello supone.

Este año han sufrido lesiones importantes, sanciones largas, covid… ¿cómo se vive este momento por el que están pasando? ¿Se saborea más?

Ha sido un año muy complicado. Nos ha pasado de todo: hemos tenido bajas de jugadores que han estado hospitalizados durante semanas, hemos tenido lesiones y largas sanciones. Sin embargo, estas circunstancias hacen a los jugadores más cómplices de todo y creo que ha sido todo un punto de inflexión para ir hacia arriba. 

 Hay mucha unión en el vestuario...

Nuestro objetivo era el ascenso a Asobal, por eso se confeccionó a un equipo muy bueno. Sin embargo, había que unirlos y hacer grupo. Los equipos se forman de individualidades y de grupos. Así que creo que todo lo que nos ha pasado les ha unido más y ahí vemos ahora esa complicidad que existe entre ellos. Incluso cuando acaban los partidos o entrenamientos quedan para tomar algo todos juntos. Así que, todo ello ha ayudado a confeccionar un grupo que tiene un carácter y un nivel de motivación extraordinario. 

Al final, se logró la clasificación en la última jornada de fase regular, ¿se llegó a pensar en algún momento en la posibilidad de quedarse fuera?

Sí, sí. No pensábamos llegar tan justos a esa parte final, pero la División de Honor Plata es una liga muy competida en la que nadie quiere descender y todos quieren subir. Además, hay muchos jugadores muy jóvenes que quieren demostrar, que corren mucho y te complican la vida. Hasta tal punto que, en la última jornada, durante varios minutos de ese partido frente al TROPS Málaga, estábamos incluso fuera de la clasificación. Gracias a un extraordinario gol de Matheus de Novais volvimos a estar dentro de la fase de ascenso.

Esa manera de lograr la clasificación, ¿ha sumado también a forjar el carácter que dice que tiene ahora el equipo? 

Por supuesto. Los jugadores, cuantos más éxitos tienen, más se motivan. Si entras en dinámicas perdedoras, por muy bueno que seas, afecta mentalmente. Si la dinámica es buena, mentalmente es una motivación extra. 

El director general del Eón

Ahora, por obras en el Pitiu Rochel, tienen que jugar en el Pabellón de los Maristas. ¿Qué supone jugar allí?

Mucho. Te lo dice alguien que ha nacido en ese pabellón como jugador de balonmano. El Pitiu tiene una historia enorme, pero le hacía falta una remodelación. Aunque, eso sí, quizá no era el momento idóneo para hacerlo. La pista creo que era la misma que había cuando yo jugaba. Antes era marrón y ahora ya ni se sabe de qué color es. Así que, hacía falta. Lo que sí que es cierto es que el Pitiu Rochel es un pabellón emblemático que había que remodelarlo. Pero nos va a afectar desplazarnos a Maristas. 

¿En qué les puede afectar y en qué os puede beneficiar jugar ahora en Maristas?

Nos afecta porque la gente, de entrada, ya sabía dónde jugábamos, el equipo ya estaba hecho a esa pista, y también a nivel logístico. Pero, nos va a venir bien porque es un pabellón caldera, con una sola grada y acceso a solo 700 espectadores. Además, tenemos que agradecer al colegio en todo lo que nos está ayudando en tema de conexiones de red, de accesos, a nivel logístico. 

Los tres que quedan se van a jugar ya en Maristas, ¿qué le diría a la afición para lograr ese ‘efecto caldera’?

Este año hemos visto a gente que no había visto nunca balonmano y ha comenzado a venir a vernos. Es un deporte que está enganchando. Alicante tiene mucha tradición y nosotros tenemos la oportunidad de devolver el balonmano a la élite española y para ello, es importante que la afición esté con nosotros. 

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