El francés Kylian Mbappé seguirá en el París Saint-Germain. El Real Madrid tenía su palabra, sus fotos de infancia ‘madridista’ hacían presagiar, por fin, un final feliz para esta historia que parecía de amor pero que, sin embargo, como en 2017 y 2021, el desenlace vuelve a alejar al delantero de la capital de España.

Parecía que su sueño era vestir de blanco, como cuando en diciembre de 2012 y a punto de cumplir 14 años, ataviado con una chaqueta del Real Madrid, visitó las instalaciones de la Ciudad Deportiva de Valdebebas, donde cumplió un sueño fotografiándose junto a su ídolo Cristiano Ronaldo.

Un viaje en el que también acudió al Santiago Bernabéu por primera vez, en un partido que los locales empataron a dos contra el Espanyol. El mismo estadio en el que el pasado 8 de marzo acaparó todas las miradas. Y le gustó. No dejaba de mirar las cerchas y el estado de la reforma de la que parecía iba a ser su casa, pero, otra vez más, sus gestos acabaron en agua de borrajas.

A la tercera no fue la vencida. La primera, en verano de 2017, cuando Mbappé maravilló al mundo del fútbol con su irrupción con el Mónaco, el Real Madrid quiso incorporarle, pero no le podía garantizar la titularidad en un proyecto que encadenaba su segunda Liga de Campeones consecutiva y que la campaña siguiente aumentaría el récord histórico a tres seguidas.

El PSG, equipo de la ciudad en la que nació Mbappé, se llevó el primer envite de una carrera que iba a ser larga por la juventud del futbolista y su infancia como aficionado madridista. Su nombre siempre estuvo presente en el entorno Real Madrid, pero no fue hasta el pasado verano cuando volvió a estar cerca de verdad de cambiar de camiseta.

Hasta 180 millones de euros llegó a ofrecer el equipo presidido por Florentino Pérez por un futbolista que acaba contrato un año más tarde. Una muestra de amor real por el delantero, un mensaje rotundo de que querían incorporarle a toda cosa; pero el objetivo de sacarle de París era realmente complejo.

La directiva del conjunto francés se negó en rotundo a dejarle salir, como era deseo de Mbappé según él mismo se encargó de hacer público en varias entrevistas semanas después, a pesar de la gran propuesta por un jugador que podría salir gratis menos de un año después. Un pulso que, tras muchas idas y venidas, les ha salido bien.

Y es que el Real Madrid, se puso a trabajar para incorporarle como agente libre desde el momento en el que fue consciente de que no podía contar con el galo en su proyecto para esta campaña, en la que demostró sobre el terreno de juego que su no presencia en el mismo no es ni de cerca catastrófica, conquistando el título de Liga y clasificándose para la final de la Liga de Campeones, que disputa el 28 de mayo en, precisamente, París, frente al Liverpool.

Una tarea culminada, tras solventar tiranteces en primas y derechos de imagen, en un acuerdo con Mbappé para que recalara en Madrid, ciudad que visitó el pasado 9 de mayo durante uno de sus días libres, desatando la locura en las calles y disparando la ilusión de un madridismo que este 21 de mayo vio como, finalmente, anunció su renovación con el París Saint-Germain hasta 2025.

Un giro de los acontecimientos en los últimos días tras el impulso de las negociaciones por parte del París Saint-Germain, llenándole de dinero y de galones a todos los niveles en el club, que hicieron cambiar la predisposición de Mbappé por vestir de blanco Real Madrid y que, por el ruido que generaron, propiciado incluso por el propio entorno del jugador como las apariciones públicas y en redes sociales de su madre Fayza Lamari, no sentaron bien al Real Madrid en la semana previa a disputar la final de la ‘Champions’.

De golpe, el camino marcado por las altas esferas madridistas cambió de rumbo de forma inesperada. Se confió en la palabra del jugador y de su entorno. Se mantuvo la tranquilidad, entendiendo que los últimos movimientos se debían al aumento de la presión que tenía del PSG. Hasta cuando Mbappé dejó de responder a las llamadas durante esta semana, tras una inesperada visita a Madrid que no entendió el club por lo inoportuna que era tras tantos meses de máxima discreción.

El Real Madrid guarda silencio, amparado en un reto mayor como es la conquista de la decimocuarta Copa de Europa. Nada ni nadie, aseguran que les descentrará. Admiten a EFE que desde el viernes sabían la decisión final de Mbappé, que causó gran sorpresa y desplomó un proyecto que se formaba en torno a su figura, el estreno ideal del nuevo Bernabéu.