El Giro entra en un fin de semana muy atractivo que puede empezar a aclarar la clasificación general, ya que los candidatos tendrán que tomar responsabilidades en jornadas complicadas.

Este sábado la decimocuarta etapa ofrece media montaña en un trayecto corto, de 153 km, entre Santena y Turín, sin grandes puertos, pero con 3.000 metros de desnivel.

Una etapa corta que pedirá explicaciones a los favoritos, sin pausa para respirar. El desnivel total es digno de una etapa alpina.

Para empezar, los primeros 10 km son llanos y a partir de ahí se acabó la tranquilidad. Tocará subir y bajar, con cotas puntuables o no catalogadas. La primera de ellas, de 3a, será Il Pilonetto, (3,6 km al 7,2 por ciento). Después de un largo descenso tránsito hacia la entrada del circuito al que habrá que dar dos vueltas hasta la meta final.

En el km 58 hay que ascender el Parco de la Rimembranza, no catalogado (3,8 km al 5,8), y luego habrá dos ascensiones a Superga (5,1 al 8,2 por ciento) y otras 2 al Colle della Maddalena (3,6 km al 7,3).

En un final exigente la última cota, no puntuable, será la del Parco del Nobile, con la cima a 10 de meta.

Los últimos 4 km son en bajada por una carretera estrecha. Tras el último kilómetro dentro de la ciudad de Turín, la carretera se ensancha considerablemente y se vuelve plana a unos 700 m de la meta. Recta final en asfalto.

El comienzo de la etapa está previsto para las 13.15 horas, y la llegada para las 17.15.