Hace justo un año el nombre de Juan Ayuso entró con fuerza en la escena del ciclismo internacional, tras una abrumadora victoria en el Giro Ciclistico, coloquialmente conocido como el «Baby Giro», la versión para jóvenes de la clásica carrera italiana. El ciclista de Xàbia se llevó la general, tres triunfos parciales de etapa y las clasificaciones de la montaña y de los puntos.

Su exhibición hizo que el Emirates, uno de los equipos más potentes del World Tour (máxima categoría del ciclismo) pusiera fin a su cesión en el Colpack y lo reclamara inmediatamente para el primer equipo. Pese a su juventud (18 años entonces, 19 ahora), su equipo no quiso esperar más y debutó a los pocos días, en un Giro de los Apeninos en el que acabó 17º, pero estuvo con los mejores hasta los instantes finales.

Desde entonces, Ayuso ha ido dando pasos firmes en su evolución, sin ningún tipo de prisas. A eso ayuda, por ejemplo, el tener como compañero a Tadej Pogacar, capaz de asegurar un buen número de victorias al Emirates en las carreras principales del calendario. En este entorno, el crecimiento de Ayuso se «cocina» a fuego lento. En el final de 2021 ya firmó un segundo puesto en la Clásica Villafranca-Ordizia y un bronce en el Europeo sub-23. El único lunar llegó en el Tour del Porvenir, al que llegó como favorito y se marchó a casa antes de tiempo tras una caída.

No correrá el Tour

Ya en 2022, Ayuso ha cosechado notables actuaciones en esta primera mitad de año. Peleó por victorias en la Drome Classic (4º), en el Trofeo Laigueglia (2º en una exhibición del Emirates monopolizando el podio), en la Volta a Catalunya (5º en la general) y en el Tour de Romandía (4º en la general y mejor joven). El frenazo llegó en la Dauphiné, cuando una enfermedad le obligó a abandonar ocupando plaza de «top10».

El calendario de primavera ha dejado muy buenas sensaciones para Ayuso, tanto por sus resultados como por su integración en el Emirates, donde ha sabido adaptarse a cada rol que le han encomendado. Tanto en Catalunya como en Romandía, carreras de máxima exigencia, ha peleado con los mejores. En la Volta rozó el triunfo en La Molina (solo le superó O’Connor) y en Suiza también se quedó con la miel en los labios en Val d’Anniviers, vencido al esprint por Higuita y Vlasov.

A priori, esta temporada no está previsto que Ayuso dispute ninguna de las tres «grandes». No corrió el Giro, no está preinscrito para el Tour de Francia que empieza en unos días y en el que su compañero Pogacar defiende título y, salvo sorpresa, no disputará tampoco la Vuelta en agosto.

Una familia nómada

Pese a su precocidad no está obsesionado con debutar en las carreras de tres semanas, para las que sabe que necesita curtirse. Por lo tanto, salvo cambio de planes, no se le verá en esa contrarreloj que tendrá lugar en la décima etapa de la Vuelta, con salida en Elche y meta en Alicante (30 de agosto). Sería su carta de presentación en la tierra que creció.

Antes de asentarse en Xàbia, la familia Ayuso-Pesquera vio nacer al pequeño Juan en Barcelona y pasó por Atlanta y Madrid (llegó a entrenar en Valdebebas, Ciudad Deportiva del Real Madrid, con el Canillas). Sus progenitores eligieron la costa alicantina por cuestiones educativas (colegio bilingüe) y por el estilo de vida de la zona. Entonces se decantó por el ciclismo y el resto de la historia se va escribiendo poco a poco. De momento, Ayuso ya se quita la etiqueta de «rookie», pese a su juventud. El siguiente paso será lograr su primer triunfo entre profesionales. No tardará en llegar.