«Siempre llevaré al San Blas en mi corazón, siempre será mi equipo». Con estas palabras la alicantina Paula López deja claros sus sentimientos hacia el club que la ha formado y la ha catapultado a convertirse en una referencia del baloncesto nacional. A sus 17 años, su ambición es máxima. Acaba de comprometerse con la prestigiosa Universidad de Buffalo para jugar en la NCAA la temporada 23-24, un salto de gigante para la jugadora que militó la pasada campaña en el Maresme Boet Mataró de la liga Challenge y que en esta temporada lo hará en el Paterna, de la misma categoría. «Jugar en la NCAA es un sueño que voy a cumplir y que me hace mucha ilusión, este año voy a prepararme bien para dar el salto porque allí es un juego más físico», afirma la jugadora alicantina, que acaba de disputar el Mundial U17 con Argentina. 

Tras ser descartada de forma sorprendente por la selección española para disputar la cita internacional, Paula, de padres argentinos, aceleró la tramitación de su nuevo pasaporte para asistir al Mundial júnior en Hungría con el combinado argentino, siendo al final de las mejores y cumpliendo con su objetivo de acumular una experiencia internacional. Tanto sus padres argentinos como la situación de no haber jugado torneos oficiales para España (sí estuvo en concentraciones) posibilitaron su convocatoria con la albiceleste. «Vestir la camiseta argentina es todo un orgullo para mí, tanto porque significa representar a mi familia que lo es todo, como representar a un país precioso con gente que da todo por él y que lo está dando por mí. Me siento muy afortunada de ahora formar parte de Argentina y poder llevar sus colores», señaló la joven jugadora.

Nadie esperaba que finalmente la selección española no quisiera contar con ella después de haber sido convocada con los equipos U14, U15 y U16. Formada en el San Blas donde estuvo desde la temporada 13-14 hasta la 18-19 que pasó al equipo federativo del Segle XXI, club de la Federación Española que se encarga de reunir y becar a las mejores jugadoras para actuar como un centro de alto rendimiento, pudiendo compaginar baloncesto con estudios. El año pasado jugó en Mataró y en éste lo hará en Paterna antes de dar el salto de su vida a la NCAA. «Mi sueño es poder jugar al baloncesto de forma profesional y participar en unos Juegos Olímpicos, pero sé que tengo que seguir aprendiendo mucho», afirma la jugadora alicantina.

La jugadora alicantina en plena acción

Desde la posición de base en la que se siente muy gusto, muestra una ambición sin límites, aunque es consciente de que el trabajo y la constancia juegan un papel decisivo. «Es muy difícil llegar lejos, sé que las cosas se consiguen con entrenamiento y mucho trabajo», afirma Paula.

La jugadora alicantina comenzó a jugar al baloncesto a los seis años y en dos más ya se incorporó a uno de los equipos de cantera del San Blas. Su calidad no pasaba desapercibida para nadie y se fue convirtiendo en una de las jugadoras con más futuro con una enorme capacidad anotadora y de dirección. «Les agradezco mucho todo lo que me han apoyado desde que empecé con ellos así como los entrenadores que he tenido en estos años», señaló Paula, que ha crecido mucho en la pista y en un año afrontará el reto mayúsculo de jugar en la NCAA.

Desde muy pequeña ya se le vio talento a la joven jugadora y poco a poco ha ido puliendo su talento escalando peldaños. Con su decisión de marcharse a Estados Unidos para continuar su carrera Paula demuestra que quiere llegar lo más lejos posible en el baloncesto. Le queda un año de júnior antes de dar el salto a la categoría absoluta en la Universidad de Buffalo donde podrá compaginar mucho mejor el baloncesto con sus estudios. Lo que no olvida nunca ni olvidará son sus raíces. «Quiero llegar muy lejos y retirarme en el San Blas», concluye.