Será un partido sin medias tintas, un duelo con vencedores y vencidos. De la alegría incontenible de un bando a la tristeza melancólica de un fado en el otro. Portugal y España se juegan una plaza en la Final Four de la Nations League. Más que un partido una final en la que a los lusos les vale el empate, mientras los de Luis Enrique están obligados a ganar si quieren estar entre los cuatro mejores del torneo defendiendo la corona que ganaron en la anterior edición.

De Catar... ¿a la Final Four?

Sin embargo, más allá de lo deportivo, el partido tiene una enorme trascendencia estratégica para el futuro de la selección y, concretamente, de su seleccionador. El asturiano, que no ha renovado con la Federación, tiene contrato hasta la finalización del Mundial en diciembre. No obstante, Luis Enrique ha dejado entrever que si mete a España en la Final Four de la Nations League, que se jugará entre el 14 y el 18 de junio de 2023, podría defender el título y después dejaría su cargo coincidiendo con el final de temporada. Lo que además le permitiría quedar libre en verano, con el mercado abierto.

El seleccionador no ha negociado nada con Luis Rubiales ni con José Francisco Molina, pero en la Federación cuentan con que el seleccionador prorrogará seis meses más su estancia en la selección si sale victorioso del partido de Braga. Siempre y cuando no se produzca un fiasco en Qatar, lo que equivaldría a caer eliminado en la fase de grupos. Desde la Federación, donde Rubiales siempre ha mostrado su respaldo total a Luis Enrique, se espera la resolución de la Nations League para resolver el asunto ya que hay técnicos como Marcelino García Toral a la espera de los acontecimientos. El extécnico del Athletic es el principal candidato a sustituir a ‘Lucho’.

En lo deportivo, España llega en un momento complejo después de caer en Zaragoza ante Suiza desplegando “el peor primer tiempo” de la era Luis Enrique. Dos goles recibidos en dos saques de esquina ponen el foco de atención en una defensa que echa en falta a Aymeric Laporte. Habrá cambios en el mediocampo, donde parece claro que Luis Enrique inyectará más granito introduciendo a Rodri por Gavi con Busquets y Koke. Por delante seguirá confiando en Sarabia y Asensio, colocando de punta de lanza a Morata de salida.

En Portugal, que viene de golear 0-4 a Chequia, está confirmada la participación de Cristiano Ronaldo, que sufrió un aparatoso golpe en la cara en Praga. A su lado estarán Bernardo Silva y Rafael Leao. Joao Félix, que ha superado sus molestias, comenzará en el banquillo. Fernando Santos recuperará a sus laterales titulares, Cancelo y Nuno Mendes, mientras que poblará la medular con Ruben Neves por detrás de Bruno Fernandes y William Carvalho. 

Hace 19 años que España no gana en suelo portugués, pero hay algo que inquieta más a Luis Enrique: el estado del césped. El campo está tan irregular que ninguna de las dos selecciones se ejercitó sobre él para no maltratarlo. El seleccionador español habló de la defensa y los errores ante Suiza con su habitual aire desafiante: "Cuando analizamos el partido nos dimos cuenta que no fue tan malo... creo que la línea más potente que tengo es la defensa. Aquí no hay una línea que tiene que defender simplemente. Los delanteros no se quedan arriba fumándose un cigarrito tranquilamente hasta que les llegue el balón... defienden y atacan todos".

Sobre el rival apuntó: “Intenta jugar siempre buen fútbol, tiene individualidades y físico. Ha ganado la Eurocopa y la Nations League. A diferencia de España, tiene jugadores más hechos y titulares en sus equipos”. Solo le faltó decir aquello de ‘Menos mal que nos queda Portugal’.