Ahora que se acerca el día de los muertos los escaparates se llenan de calabazas y tétrica decoración a base de telarañas y fantasmas para celebrar esa fiesta anglosajona que tanto gusta a los niños: Halloween. Lo que para mi generación era una anécdota del libro de texto en la clase de inglés, se ha convertido en estos años en un desfile de disfraces que calca la fórmula del trick-or-treat bajo la cual los más pequeños piden caramelos: «¿truco o trato?». Tampoco saben muy bien qué significa, pero no les hace falta. Ese truco hace referencia a un susto, una travesura, mientras que el trato solía asociarse a un dulce, un regalo; una tradición que perdura desde la Edad Media pero cuyo origen es celta. Te doy un susto o me das una golosina.

Truco o trato es lo que nos espera este sábado en el partido contra el Hereda San Pablo Burgos allá en tierras del Cid. O nos llevamos un tremendo susto o volvemos a casa con un caramelito delicioso. El equipo de Paco Olmos, recién descendido de la ACB, es uno de los grandes nombres de la LEB Oro, con una afición que se precia de estar entre las mejores de toda España. La cita en el Coliseum es una de las salidas más complicadas para el HLA Alicante, particularmente ahora. Burgos viene de ganar a Oviedo en su casa y suma ya tres victorias, mientras que el Lucentum apenas opuso resistencia en el Ferrándiz al Zunder Palencia de Pedro Rivero, que ganó cómodamente por casi treinta puntos.

Los ánimos están bajos en la escuadra lucentina y Rafa Monclova ha tenido que emplearse a fondo para preparar el encuentro. Ya puede el HLA poner en práctica todos sus trucos y exprimir al máximo el talento de Blaylock y Borovnjak bajo la dirección de juego de Chapela y Steinarsson si no quiere llevarse un buen susto en los días previos a Halloween. No queremos calabazas. Una derrota tan estrepitosa como la de la jornada anterior, en la que los palentinos enchufaban parciales escandalosos sin que los nuestros siquiera tiraran al aro, haría asomar a todos los fantasmas de la temporada pasada y lastraría enormemente al conjunto alicantino. Pero el partido también tendrá sus alicientes, no lo duden. El reencuentro con Van Zegeren y su particular duelo en pista con Gatell. El regreso a una cancha que hace diez años que no pisamos, pero de la cual salimos victoriosos en el último enfrentamiento. La infatigable Kali Nord animando al equipo juegue donde juegue, llueva o truene. 

¿Habrá truco, habrá trato? El sábado sabremos si el Lucentum va camino de convertirse en un fantasma en la noche de los muertos o si, por el contrario, es capaz de embrujar a su rival para demostrar que está más vivo que nunca.