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Fútbol

¿Por qué se siente liberado Piqué?

Gerard Piqué. JORDI COTRINA

Gerard Piqué se le ha caído todo en estos "seis meses difíciles" que ha vivido. Todo es todo. Su vida, tal y como la tenía montada, quedó desmontada, tanto en lo personal (divorcio con Shakira, la madre de sus dos hijos) como en lo deportivo, donde Xavi ya le advirtió de que sería el último de la fila.

Pero él creía que, una vez más, revertiría ese sombrío paisaje hasta dominar la escena. Al ver que no podía, cansado, además, de las intrigas palaciegas que sacuden las entrañas del Camp Nou, aún no explicadas del todo acorralado por un triángulo de personajes (Laporta, Alemany y Xavi), decidió abandonar el fútbol y poner orden en su vida.

Piqué se liberó. Por una noche, la última con su gente, se sintió como siempre había sido antes de entrar en ese oscuro escenario en el que parecía haber perdido la credibilidad y autoridad en su discurso.

Se va como ha querido, dominando el relato, capaz como ha sido de cambiar los pitos del Camp Nou hace 15 días -estaba en el centro del debate, bajo sospecha, criticado, señalado y hasta masacrado- por una noche irrepetible donde vivió una despedida singular. Nada artificial o impostada. No hubo pompa ni mercadotecnia porque reunió la unanimidad auténtica del que es, y fue tratado, como una verdadera leyenda. 

Canto al retorno

Se estableció en la noche del sábado una conexión diríase que mágica entre miles de culés, había 92.605 testigos privilegiados que representaban a millones y millones de barcelonistas, y Piqué. Todos ellos fusionados en una despedida de la que no se adivinan precedentes ni, por lo tanto, pueden haber comparaciones.

Sencillo y elegante adiós, sin intermediarios que dañaran el mensaje, como ocurrió con ese emotivo vídeo en el que volvió el defensa a recuperar la iniciativa. Se ha ido cuando no quería irse. Pero ya habla de volver, algo que no es nada habitual.

"Jamás había pensado en irme, siempre piensas: ‘Va, un año más’ No, no pensaba en la retirada", confesó casi dos horas después de vivir una noche irrepetible y perfecta porque fue ideada y construida por él mismo. "Me quité un peso de encima, han sido seis meses muy difíciles para mí. Muy difíciles", le confesó Piqué a Juan Carlos Unzué a través de las cámaras de DAZN, revelando la "liberación" que le supuso contar a todos el secreto que iba anidando desde hacía bastante tiempo, consciente de que si no daba él este paso al lado sería obligado a hacerlo.

No quería retirarse, pero tuvo que hacerlo deprisa y corriendo, a 5 de noviembre de una otoñal jornada de Liga dibujando una puesta en escena totalmente al margen del club. Sabían Laporta, Alemany y Xavi lo que estaba tramando, pero no cuando ni cómo lo haría público Piqué.

"Él nunca se irá dolido del Barça, esta es nuestra casa", subrayó Amador Bernabéu, exvicepresidente azulgrana en la directiva de Josep Lluís Núñez y abuelo de Piqué. El abuelo que le hizo socio nada más nacer. "Pero una cosa son las personas y otra el club", subrayó luego el exdirigente a la Cadena SER revelando las heridas que quedan ocultas tras la diplomacia de los gestos (Laporta le entregó una placa en la intimidad del palco del Camp Nou), sin poder disimular la incomodidad que ha presidido este triste final.

Gerard como Pep

Triste porque Piqué ha entendido la necesidad de marcharse antes de que le echen. Usó un argumento similar, aunque palabras distintas, eso sí, al esgrimido por Pep Guardiola cuando abandonó el Camp Nou en el 2012. "Me voy porque nos haremos daño", alegó entonces el técnico. "En la vida cuando te haces grande te das cuenta que, a veces, querer es dejar ir", argumentó el central.

"En esta relación de tanto amor y de tanta pasión entre el Barça y yo creo que era el momento de dejarnos un espacio y dejarnos un poco de aire", confesó Piqué, ya liberado. Liberados quedan también Laporta y Alemany porque se libran de la ficha más alta y tienen dinero para fichar y liberado queda Xavi de la compleja gestión de los años finales de Gerard, líder rebelde e incontrolable. Y el Barça se libera porque desde la autenticidad se reconcilió con Piqué.  

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