UN PARTIDO DE '10'

Riad, el jardín en el que Gavi se coronó en la Supercopa

Gavi posa con la Supercopa de España donde fue elegido mejor jugador de la final contra el Madrid.

Gavi posa con la Supercopa de España donde fue elegido mejor jugador de la final contra el Madrid. / @FCBARCELONA

Marcos López

No se engañen. No es un extremo zurdo. Ni falso ni auténtico. Ni tampoco un tradicional interior del Barça. Ni siquiera un centrocampista académico que protege y cuida el balón. Hay tantos y tantos Gavi encerrados en ese diminuto cuerpo, lejos de las fortalezas físicas que exhiben los TchouameniCasemiro o tipos similares que pululan por esa zona, que resulta indescifrable para los demás.

Tuvo que venir hasta Riad para fusionarse con Pedri en una atómica noche de fútbol que le eleva, ahora sí ya definitivamente, en un escalón superior. Hay un antes y después de la Supercopa de España, donde un niño, tiene 18 años y no posee, curiosamente, cuenta de Twitter porque su mejor publicidad es lo que transmite en el campo, se transformó en la bandera del Barça que apabulló al Madrid con y sin balón. Como Gavi.

"Gavi es un chico que nos emociona a todos verlo competir así, pone un corazón y un alma que contagia al equipo. Tiene un liderazgo innato""

Xavi

— Técnico del Barça

Es mucho más de lo que se ve. Y se ven muchas cosas buenas en ese jugador de una generosidad infinita que contagia con una hiperactividad que le hace asomarse por cualquier zona del campo. Todavía hoy Carvajal, horas después del escarnio futbolístico al que fue sometido en Arabia, se sigue preguntando quien era ese endemoniado adolescente que parecía un rayo. ¿Y Valverde? También.

"Es un animal competitivo", proclamó Busquets. "No tiene techo, es un chico que nos emociona a todos verlo competir así, pone un corazón y un alma que contagia al equipo. Ya lo digo muchas veces: ‘¡Que no frene! ¡Que no frene!’", confesó Xavi, asombrados ambos por lo sucedido en el desierto. Algo nunca visto antes. Un niño dominando la final de inicio a fin.

"Con esa edad, la mayoría de jugadores están con los juveniles o en el filial y él está aquí", apuntó el capitán azulgrana. "Está aquí dando ¡un nivel increíble, con asistencias, goles… Tiene un futuro brillante, con mucho camino por mejorar. Tiene 18 años. Que aprenda y que escuche porque le va a venir muy bien, ojalá marque una época", añadió ‘Busi’. 

Lewandowski agradece a Gavi la asistencia en el 0-2 del Barça al Madrid en Riad.

Lewandowski agradece a Gavi la asistencia en el 0-2 del Barça al Madrid en Riad. / JAVI FERRANDIZ

Jugó Gavi 89 minutos. O, tal vez, hubo 89 Gavis. Para empezar, fue el ‘factor sorpresa’ de Xavi en la alineación. Lo recostó en la banda izquierda generando una explosiva sociedad con Balde. Dos jóvenes irreverentes (18 años el centrocampista; 19, el lateral). Y desde allí firmó una noche tan antológica que trascenderá con el paso de los años.

Un jugador de múltiples capas

En Riad quedó para siempre su jardín. Una pradera donde marcó un gol (el 0-1) y regaló dos (el 0-2 a Lewandowski y el 0-3 a Pedri) para completar ese partido perfecto. "Contagia su carácter al equipo, tiene una capacidad de liderazgo innata y con ¡18 años! Le sale de dentro, le sale este coraje y esta rabia. ¡Es espectacular!”" reconoció Xavi.

"Antes del partido le dije a Gavi que se mantuviera cerca de mí. Sabía que podíamos hacer cosas buenas juntas"

Lewandowski

— Jugador del Barça

Esa fue la primera capa de Gavi en la final. Un gol y dos asistencias. Todo ejecutado con máxima precisión con la pierna izquierda. En el gol burló el inmenso cuerpo de Courtois y deliciosos ambos pases en las asistencias. ¿Es zurdo? No, ni mucho menos, aunque lo pareciera en la final. Esa primera capa, la más decisiva, la más visible, oculta, sin embargo, los otros 88 Gavis.

Mimó el balón (rozó casi el 90% de acierto en el pase), pero mimó todavía más el juego sin balón. Entonces, apareció un Gavi parido en la factoria industrial del catenaccio, tal si fuera ‘Gavirini’. Ganó siete de los nueve duelos sobre el césped, ningún jugador del Madrid pudo regatearlo y, además, recibió cuatro faltas porque no había forma de detenerlo. Él, en cambio, no cometió ni una sola falta.

Aunque hay una capa, tal vez desconocida. Peléo el pequeño centrocampista (mide 1.73 m) tres balones aéreos. Y ganó los tres. Además, hizo caso al consejo que recibió en Riad de Lewandowski. "Antes del partido le dije a Gavi que se mantuviera cerca de mí. Sabía que podíamos hacer cosas buenas juntas", reveló el polaco, quien acunó al niño que ilumina al Barça.

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