HLA Alicante 74-70 TAU Castelló

El HLA se cose al parqué para ganarle al TAU

Los alicantinos siguen invictos en Alicante tres meses después gracias al coraje de Parrado y Gatell y al virtuosismo de Steinarsson y Blaylock

Osvaldas Matulionis intensifica la defensa para forzar la pérdida y recuperar el balón.

Osvaldas Matulionis intensifica la defensa para forzar la pérdida y recuperar el balón. / HECTOR FUENTES

Pedro Rojas

Pedro Rojas

Los equipos que lo son, los que saben coserse al parqué, los que siguen en partido a pesar de no estar jugando bien, son los que terminan completando objetivos. Es un atributo que no figura en la estadística, que no se calibra en verano, es una cualidad que surge cuando los valores de un buen entrenador se entremezclan sin salientes con los de un vestuario que quiere creerle. 

Así es más fácil vencer porque no necesitas ofrecer siempre tu mejor lado. Ocurre, como ayer, que cuando no permites al adversario doblarte el brazo –siendo él superior la mayor parte del choque–, tu carácter coral llega a donde no están alcanzando los puntos. El HLA se impuso al TAU brillando a impulsos, sin encestar de continuo, sin defender a bloque los 40 minutos y sin 4 de sus 12 jugadores, que no le aportaron un solo punto al grupo a pesar de, como en el caso de Chapela, estar más de 12 minutos sobre la pista.

LUCENTUM: Steinarsson (7), Blaylock (13), Matulionis (7), McDonell (10), Gatell (8) –quinteto titular– Arcos (2), Chapela (0), Parrado (16), Pedersen (0), Traoré (0), Rakocevic (11) y Borovnjak (0). 

TAU: Nesbitt (3), Durán (11), Alvarado (6), Xavi Rey (5), Stutz (14) –quinteto titular– Soumbey (6), Faner (9), Jorge Bilbao (2), Dijkstra (0) y Hook (15). 

PARCIALES: 18-15 | 13-26 | 17-14 | 26-15 

ÁRBITROS: Sandra Sánchez, Javier Ávila y Pablo Rodríguez. Sin eliminados por faltas.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 17ª jornada en la Liga LEB Oro disputado ayer en el pabellón Pedro Ferrándiz de Alicante con cerca de 1.500 espectadores.

Victoria interesante, molecular, reconstituyente después de tropezar la semana pasada, con los argumentos habituales en menos dosis, pero con idéntica confianza en las propias posibilidades. Da igual que el equipo de Orenga firmara un parcial demoledor entre el primer y el segundo acto, el HLA aguantó de pie, en esta ocasión subido a los hombros de un Parrado colosal y un Gatell intenso minimizando desajustes defensivos. El +13 de los castellonenses no inquietó (18-31), solo confirmó la disfunción Borovnjak: cuando él entró en la cancha el marcador estaba igualado: 18-18.

EL MVP

Aegir Steinarsson.

► El base islandés del Lucentum fue el jugador más valorado (+19) del partido gracias, sobre todo, a sus 6 asistencias, 4 recuperaciones y a las 4 faltas recibidas. Anotó 7 puntos y cogió 3 rebotes, uno de ellos ofensivo.

Corregido ese desfase estructural (que habría de ser más profundo para aspirar a cotas realmente altas), el Lucentum fue soportando los golpes de Durán, por fuera, y Stutz y Hook, por dentro, con el virtuosismo puntual de Blaylock (13 puntos casi consecutivos), el descaro de Rakocevic (al que no le pesa nada la suplencia) y la dirección de Steinarsson, certera incluso bajo la presión de Faner, uno de esos especialistas que te obligan a pensar y hacer casi en la misma décima de segundo.

Blaylock busca el modo de colarse en la pintura mientras Gatell sale a bloquear.

Blaylock busca el modo de colarse en la pintura mientras Gatell sale a bloquear. / HECTOR FUENTES

El TAU lideraba sin regularidad anotadora y eso le privó de romper el partido cuando lo tenía todo a favor. De haber sabido cerrar el rebote habría podido acabar de otra manera, pero no lo hizo. Al revés. La mala conciencia de no haber sido capaz terminó pasando factura, primero a los jugadores, con dos faltas antideportivas y dos técnicas en el último cuarto, y luego a su entrenador, que acabó de culminar con su incontenible frustración el despropósito visitante. 

Del 48-55 con el que se coronó el tercer parcial al 66-66 en el que desembocó el encuentro después de las múltiples salidas de tono de la defensa castellonense, una indisimulada que los colegiados penalizaron con una solvencia poco probable en la categoría.

Steinarsson trata de lanzar en suspensión cerca del aro tras superar por velocidad a su defensor.

Steinarsson trata de lanzar en suspensión cerca del aro tras superar por velocidad a su defensor. / HECTOR FUENTES

Los interiores lucentinos le dieron a sus compañeros hasta 4 intentos de tiro en jugadas clave, su tenacidad terminó arruinando el plan del exseleccionador nacional, convencido de que la mayor envergadura de sus hombres desnivelaría la pelea en su favor. No contó con la energía de Parrado y Gatell. 

Por eso, cuando, con 69-68 y un minuto por jugar, Steinarsson apuró la posesión para forzar una falta y Faner cayó en su engaño, Orenga explotó y a su equipo, además de los dos tiros libres fruto de la personal, le entró por el aro un tercero como «premio» a su técnica: 72-68, a falta de siete segundos. Nada que hacer.

Undécima victoria lucentina del curso, que no pierde en el Pedro Ferrándiz desde el pasado 21 de octubre. Pedro Rivero ha sido el único que le ha ganado la partida a Monclova en Alicante, el destino tiene una forma muy retorcida de explicar las cosas... y la vida.