Primera RFEF

El Intercity pisa suelo resbaladizo

La mala dinámica deportiva empieza a pesar en un proyecto que necesita irradiar optimismo para atraer inversión y alcanzar el objetivo de autofinanciarse

Gustavo Siviero, durante una sesión de entrenamiento esta temporada con el Intercity.

Gustavo Siviero, durante una sesión de entrenamiento esta temporada con el Intercity. / CFI

Pedro Rojas

Pedro Rojas

Territorio ignoto. Después de cinco años enlazando éxitos, cosechando victorias, celebrando objetivos, el Intercity pisa suelo resbaladizo por primera vez y eso le obliga a demostrar la verdadera fortaleza de un proyecto que necesita irradiar optimismo para atraer inversores y lograr su fin fundacional: autofinanciarse gracias a las cotizaciones bursátiles y los ingresos fijos que se generan dentro del fútbol profesional.

Hasta ahora, todos los pasos habían sido hacia adelante. Por primera vez desde su creación, el proyecto se atasca y obliga a sus gestores a probar la verdadera fortaleza de su idea de negocio, una que solo puede sostenerse (tal y como fue formulada) sobre las victorias, esas que este curso escasean.

Detrás del éxito hay luz permanentemente, exceso de aplausos y palmadas en la espalda. Es en el fracaso –o en el atisbo de él– donde germinan las sombras. De repente, empiezan a hacer falta más explicaciones de las que se pretende dar y se necesita adoptar decisiones que casi nunca son fáciles. Es el momento de calibrar cuan tupida es la red que sostiene un concepto deportivo novedoso que nadie más ha emprendido en este país.

La situación de permanente interinidad de Siviero, la marcha inexplicable de Cristian Herrera y los refuerzos en posiciones no urgentes restan potencial al equipo un Intercity que nunca antes había lidiado con el fracaso

La renovación en verano del entrenador que llevó al Intercity hasta la antesala de LaLiga solo hasta el próximo 30 de junio, según sostienen en el club, refuerza el sello de interinidad que pesa sobre Gustavo Siviero desde hace más de un año. Las medidas adoptadas en enero tampoco dejan en un lugar preeminente al técnico argentino, que se quedó sin delantero centro, Benja Martínez, hace meses y aún no tiene sustituto a pesar de que se sabía que no volvería al equipo debido al alcance de su dolencia.

Burlamaqui: un sub-23 peruano para el mediocentro

Alessandro Burlamaqui, centrocampista peruano de 20 años, se une al Intercity como refuerzo invernal tras haber pertenecido la primera mitad del campeonato al CD Badajoz, también de Primera RFEF. El club ha alcanzado un acuerdo con el Valencia CF para la cesión hasta final de temporada del joven futbolista. Tras pasar por las categorías inferiores del Espanyol, firmó por el cuadro che en 2021, donde trabajó en el primer equipo en pretemporada. Según destaca el propio Intercity, en 2019, el periódico inglés «The Guardian» le incluyó en la lista de los 60 futbolistas jóvenes con más talento del mundo. Jorge López, director deportivo, asegura que llega «con mucha hambre y con muchas ganas, que es lo que el equipo necesita en esta situación».

La más que probable salida de Cristian Herrera, el jugador con más partidos defendiendo esa camiseta y el protagonista de todos los logros deportivos con sus goles, tampoco suma. Aún hoy es uno de los once futbolistas más utilizados por Siviero a pesar de las numerosas altas dadas por el club en Primera RFEF, o sea, de haber fichado jugadores de superior categoría y con más caché que el catalán.

Se caen del proyecto dos puntales ofensivos y hasta ahora han entrado en su lugar dos apuestas (en el sentido más literal de la palabra), dos centrocampistas: el turco Emre Çolak y el sub-23 peruano Alessandro Burlamaqui, cedido por el Valencia CF. A tres puntos de la salvación, el Intercity afronta el último día del mercado de fichajes sin margen para la equivocación.