AJEDREZ

La intrahistoria del Mundial de ajedrez: espías, un Jedi, el Atlético, Joker y el reloj

El Mundial de Astaná entre Neponiamchtchi y Ding está siendo uno de las mejores ediciones que se recuerdan

Imagen del Mundial de ajedrez que se disputa en Astaná entre Nepomniachtchi y Ding.

Imagen del Mundial de ajedrez que se disputa en Astaná entre Nepomniachtchi y Ding.

Fermín de la Calle

Los Mundiales de ajedrez siempre han tenido cierto halo de suspense y misterio. Micrófonos ocultos, traiciones, señales encriptadas… La historia de estos torneos ha sido siempre fascinante por lo que ocurría sobre el tablero y, sobre todo, fuera de él. Y la edición que se está disputando en Astaná estos días ha recuperado ese aura gracias precisamente al hecho que la marcaba negativamente de inicio, la renuncia del vigente campeón, el noruego Magnus Carlsen.

Nepo y Ding, liberados

Parece como si la ausencia del escandinavo hubiese liberado a los dos contendientes, el ruso Ian Nepomniachtchi y el chino Ding Liren. Un duelo al que ninguno de los dos concurre intimidado, lo que lo está convirtiendo en espectacular. Finalizada la octava partida, y restando seis para la conclusión, solo se habían firmado tres tablas. No solo se habían sacudido el ambiente tedioso y previsible con la victoria por asfixia como estrategia.

En este Mundial se reparten mandobles y no hay un segundo de respiro. El Jedi, como sus seguidores llaman a ‘Nepo’, se está expresando sobre el tablero como es fuera de él. Impaciente, dinámico, atrevido, imprevisible, telúrico… Por su parte Ding está subido a una montaña rusa en la que es capaz de colapsar sobre los 64 escaques y horas después someter a su adversario con un ajedrez luminoso.

Meme de Richard Rapport, ajedrecista húngaro que juega bajo pabellón rumano, caracterizado como el Joker.

Meme de Richard Rapport, ajedrecista húngaro que juega bajo pabellón rumano, caracterizado como el Joker. / TWITTER

Empezó el torneo con ese ambiente de película de Hitchcock. De inicio los dos ajedrecistas compartían hotel, pero a los pocos días a Ding Liren le incomodó tanta presencia rusa, con las clásicas sospechas de espionaje, y se mudó con su equipo a otro. Entre sus asesores sorprendió el fichaje estrella del húngaro, aunque juega bajo bandera rumana, ‘Richi’ Rapport, el Curro Romero del tablero. Un tipo peculiar de melena rubia que en Madrid llamó la atención por sus chaquetas, elegidas por su esposa, la ajedrecista serbia Jovana Vojinovic.

Una de ellas, de color rosa, generó un divertido montaje de Rapport como Joker que hasta el jugador celebró en las redes. Este hedonista del tablero le ha dado un nuevo aire al juego de Ding, jugador cerebral y minucioso que ahora muestra más alma, para lo bueno y lo malo. Richi está siendo la sensación por sus estudiadas camisetas en las que siempre manda algún mensaje.

Un Jedi y un atlético

Enfrente emerge Ian Aleksandrovich Nepomniachtchi, un Jedi capaz de enfrentarse al mismísimo Putin y reprocharle la invasión de Ucrania. ‘Nepo’ ganó el torneo de candidatos de Madrid haciéndose acompañar de otro tipo particular. Nikita Vitiugov es un ruso de 36 años que además de ajedrecista es ‘mind gamer’, una mente privilegiada de una agilidad mental deslumbrante.

Y a eso añade una inusitada pasión: el Atlético de Madrid. Durante el pasado mes de junio podías cruzarte con él y su camiseta rojiblanca paseando por el barrio de la Letras de Madrid. Un ‘indio’ que en su cuenta de Twitter tiene de fondo un tifo del Vicente Calderón en el que se lee ‘Orgullosos de no ser como vosotros’. Mensaje para navegantes.

Además de Nikita, en estos días se ha barajado la colaboración secreta de otro ruso: Vladímir Borísovich Kramnik. Ni más ni menos que el decimocuarto campeón del mundo de ajedrez, un experto en juego posicional y técnica defensiva para blindarse ante la inteligencia quirúrgica de Ding. El propio Kramnik ha desmentido el rumor, pero estando Rusia de por medio...

Nikita Vitiugov, ajedrecista ruso.

Nikita Vitiugov, ajedrecista ruso. / TWITTER

Muchas veces el ajedrez más importante es el que no se juega, esos movimientos que no se hacen pero quedan vivos en el tablero y te hablan o incluso te atormentan durante la partida. Algo que gestiona mejor el instinto de Nepomniachtchi que un Ding que deja volar su mente entre cálculos convirtiendo al reloj en otro rival. Lo recordaba el ruso Daniil Dubov, analista oficial del torneo junto a Irina Krush y acusado de traidor por asesorar a Carlsen en el pasado Mundial contra Nepo: “Ding siempre acaba luchando contra el tiempo porque calcula todas las opciones posibles”.

Ding, Nepo y el reloj

El Mundial empezó con unas clásicas tablas de tanteo a las que siguió la primera victoria de Nepomniachtchi, ¡con negras! Ding logró estabilizar la deriva con otro empate y en la cuarta se abrieron las hostilidades. Lo que sucedió desde entonces es historia del ajedrez. Cuatro partidas alternando victorias y derrotas con las blancas triunfantes hasta la octava partida, en la que los dos consiguieron frenar la hemorragia. Resta evaluar los daños estructurales que deja el intercambio de golpe.

Pero pasado el ecuador del torneo se puede afirmar que Ding está ganando a Nepomniachtchi, pero el tiempo (su mala gestión) le está ganando al chino. Es capaz de desplegar con solvencia una defensa francesa con el sello del esteta Rapport y dde no coronar una obra faraónica como la de la octava partida en la que falló con el descabello. Enfrente el ruso, que gana por un punto, no puede esconder su naturaleza volcánica sobre el tablero o ante los micrófonos cuando pasa del cielo al infierno o viceversa: “He jugado una de las peores partidas de mi vida”.

Recitaba Krush unos deliciosos versos del poeta kazajo Abai que sirven de epílogo a esta crónica sobre uno de los mejores Mundiales de la historia, el que están viviendo y sufriendo Nepomniachtchi y Ding estos días: “Un invierno duro con nieve espesa es seguido por un buen verano con hierba espesa y lagos abundantes”.