Guerra Rusia-Ucrania

La selección de Rusia se rearma para volver a competir internacionalmente: "Volverán a la familia deportiva europea”

Valeri Karpin ha dejado su puesto en el Rostov para dedicarse en exclusividad a sus tareas en el equipo nacional ruso, aprovechando la corriente a favor de su integración desde cargos directos de UEFA y la FIFA como Ceferin o Infantino

Gianni Infantino, presidente de la FIFA, junto a Vladimir Putin, presidente de Rusia, durante el Mundial 2018.

Gianni Infantino, presidente de la FIFA, junto a Vladimir Putin, presidente de Rusia, durante el Mundial 2018. / EP

Denís Iglesias

Denís Iglesias

Madrid

"Espero que este año, el deporte ruso, incluida la selección nacional de fútbol, vuelva a tener una situación semejante a la que tenía antes de esta situación". Zoran Laković, director de las federaciones nacionales de la UEFA, se expresó de esta manera en el reciente congreso de la Unión Rusa de Fútbol (RFU) donde Alexander Dyukov era reelegido como presidente. Su sentencia era clara: "Volverán a la familia deportiva europea”. La intención de los grandes organismos es que Rusia vuelva competir a intercionalmente, algo que sucederá cuando se alcance la paz o, si por opiniones como la de Lakovic fuera, antes.

Dyukov ha sido uno de los perfiles del fútbol ruso que han resistido en la estructura de la UEFA, que expulsaron a la selección de Rusia después de que Polonia, Suecia y República Checa se negasen a jugar contra el equipo dirigido por Valeri Karpin. El ex del Celta, Real Sociedad o Valencia acaba de dejar su puesto como entrenador del Rostov, club de la Liga Premier de Rusia, para centrarse en su trabajo con la selección de Rusia. Dyukov es, además, el director ejecutivo de la petrolera rusa Gazprom Neft, incluida en la lista de sanciones de EEUU, Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia.

Karpin abandona el Rostov para centrarse en la selección rusa

Mientras las heridas de Ucrania se abren, Rusia transita hacia el regreso a la normalidad internacional. Una de las primeras medidas que se tomó tras la invasión fue su exclusión de todos los eventos internacionales. El deporte, como modo medida de aislamiento, a pesar de la huida hacia adelante que supuso la organización de trampantojos como unos JJOO propios, solo atletas rusos y personas afines, o la cadena de partidos de la selección de fútbol frente a rivales afines. El último, Granada, que ocupa el ranking 174 de la FIFA, a la que el cuadro dirigido por Valeri Karpin venció por 5-0 en Moscú.

Este fue el primer encuentro desde que el exjugador de la Real Sociedad, Celta y Valencia tomase la decisión de abandonar la duplicidad de cargos. En julio de 2021 fue nombrado seleccionador, rol que compaginó con el de entrenador del FC Rostov de la Liga Premier de Rusia durante un par de partidos. Después, pasó a estar a tiempo completo al frente de una selección que buscaba estar en el Mundial de Qatar 2022. Sin embargo, con el inicio de la invasión y el veto de Rusia para esta cita y competir internacionalmente, llevó a Karpin a regresar al fútbol de clubes, del que volvió a renunciar en febrero.

"Hoy es un día difícil para mí: dejo el puesto de entrenador del FC Rostov. Esta decisión fue muy difícil, porque durante el tiempo que he pasado aquí, ¡tanto el club como la ciudad se convirtieron en una verdadera familia para mí! Actualmente, la situación actual me lleva a dedicarme por completo al equipo principal del país: la selección rusa", escribió Karpin en su despedida el 25 de febrero. Un movimiento que ha hecho estirar las orejas al resto de federaciones europeas sobre un eventual regreso de Rusia al panorama internacional. El último partido oficial de la selección rusa se jugó el 14 de noviembre de 2021 contra Croacia en Split. En noviembre, volvió a quedarse fuera del sorteo para la fase de clasificación del Mundial 2026.

Ceferin (UEFA) e Infantino (FIFA) preparan el terreno

Sin embargo, el veto se ha mantenido más por la presión de determinados países que por un sentido propio de los dirigentes del fútbol, algo que también ha pasado a nivel olímpico. Thomas Bach hizo piruetas para sondear un posible regreso de los atletas rusos al panorama olímpico, algo que finalmente no consiguió después de la firme oposición de determinados comités. Aunque en los JJOO de París 2024 estuvieron presentes hasta 15 atletas rusos bajo bandera neutral. Esta papeleta tendrá ahora que resolverla Kirsty Coventry, recién elegida presidene del Comité Olímpico Internacional. Uno de sus rivales en esta carrera electoral, Sebastien Coe, presidente de World Athletics, se había manifestado abiertamente sobre el regreso a la normalidad rusa en el deporte.

El propio día de la renuncia de Karpin con el Rostov, Aleksandr Ceferin, presidente de la UEFA, hacía estas declaraciones: "Los representantes de la UE llevan tiempo diciendo que no van a discutir con Rusia el fin de la guerra en Ucrania. Ahora nos encontramos en una situación en la que EEUU habla con Rusia y los mismos políticos europeos se preguntan por qué hablan sin consultarles. Deberían entender que hay intereses mayores en juego. Sus sermones al resto del mundo sobre cómo Europa es lo mejor me molestan". Es la evidencia de que el regreso de Trump a la Casa Blanca lo ha cambiado todo.

Ceferin, que afronta su último mandato en la UEFA, dio luz verde a la participación de las selecciones rusas de categorías inferiores en determinadas competiciones, pero "fuimos brutalmente atacados por la política dominante". A nivel FIFA, el alineamiento es todavía mayor. Son conocidas las buenas relaciones de Gianni Infantino con Vladimir Putin que conllevaron la adjudicación del Mundial 2018 a Rusia y todavía es más estrecho el trato que el suizo mantiene con Trump. EEUU será anfitrión de los dos próximos grandes torneos de la FIFA, el Mundial de Clubes de este verano y el Mundial 2026 de selecciones.

“Todos esperamos que las conversaciones de paz tengan éxito. Si hay algún pequeño papel que el fútbol pueda desempeñar, una vez que se logre la paz, entonces, por supuesto lo asumiremos, y esperamos que todos los países del mundo puedan jugar al fútbol”, defendió Infantino en el reciente congreso de la IFAB, entidad encargada de marcar las normas de un deporte que, a través de sus institciones dominantes, abre las puertas al regreso de Rusia. Lo hace a través de la idea de una paz armada de la que Ucrania, que ha visto su mermardo su desarrollo deportivo, saldrá con sensación de derrota. Solo el campo y el orgullo de una generación crecida en el exterior soportarán el peso del tiempo.

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