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FC Barcelona

Lamine Yamal y su impacto instantáneo: 57 segundos de magia y llega fino a la cita con el PSG

"Su presencia en el campo es una amenaza, demuestra cada día que es el mejor jugador del mundo", admitió Sergio Francisco, el entrenador de la Real

Lamine Yamal se escapa de Sergio Gómez en la jugada en que sirvió la asistencia a Lewandowski para que anotara el 2-1 del Barça.

Lamine Yamal se escapa de Sergio Gómez en la jugada en que sirvió la asistencia a Lewandowski para que anotara el 2-1 del Barça. / Jordi Cotrina

Marcos López

Marcos López

No jugaba desde el pasado 7 de septiembre. Llevaba Lamine Yamal 21 días sin pisar un campo, convertido en motivo principal de debate porque Flick le reprochó a su colega, el seleccionador Luis de la Fuente, que no cuidara al joven talento. Pero apenas necesitó 57 segundos para inventar un momento mágico en Montjuïc, con más de 50.000 personas sintiéndose testigos privilegiados de la jugada que elevó al Barça al liderato en la Liga. No le despista nada. Ni las fiestas. Ni el ruido a su alrededor. Ni la frustración de ver como Dembélé besaba su primer Balón de Oro.

Salió Lamine al campo, supliendo a Roony, recibió un balón, que le sirvió de calentamiento previo, para medir a Sergio Goméz, el futbolista de la Real Sociedad que había comparecido en el mismo minuto que el delantero azulgrana para suplir a Odriozola. Y en un instante se desató un relampágo sobre la montaña olímpica. "Todo el mundo ha visto lo bueno que es Lamine", contó luego el técnico alemán.

"Todo el mundo ha visto lo bueno que es Lamine"

Hansi Flick

— Técnico del Barça

"Su presencia en el campo es una amenaza, demuestra cada día que es el mejor jugador del mundo", admitió Sergio Francisco, el entrenador de la Real, recordando que "ha salido y en la primera jugada ya ha dado una asistencia. Ha sido determinante en el partido", añadió el preparador donostiarra.

Y tanto que decidió el partido. En apenas 57 segundos se demostró la trascendencia de Lamine Yamal, quien se había perdido los cuatro últimos partidos con el Barça por esas inoportunas molestias en el pubis a las que la selección española no supo atajar a tiempo.

Sin Lamine, 4 victorias en 4 partidos

El equipo de Flick no lo ha echado de menos en los resultados: cuatro encuentros, cuatro victorias, con un rotundo parcial de 14 goles a favor y solo dos en contra. Pero el domingo, y con 1-1 en Montjuïc, sin que Flick se pusiera nervioso ante la adversidad -su plan era darle media hora a Lamine y le terminó dando 32 minutos-, emergió la figura que ha enterrado el posMessi para el barcelonismo.

Lewandowski celebra con Lamine su gol durante el partido de liga entre el FC Barcelona y la Real Sociedad.

Lewandowski celebra con Lamine su gol durante el partido de liga entre el FC Barcelona y la Real Sociedad. / JORDI COTRINA / EPC

Emergió a lo grande porque, además, añadió un elemento nuevo a su inacabable catálogo de genialidades. Un registro que lo hace aún más venenoso e indetectable para cualquier defensa, por muchas ayudas que reciba. Imaginó Sergio Gómez después de la arrancada en seco de Lamine que se refugiaría hacia dentro. En su zona de seguridad, amparado en su prodigiosa pierna izquierda.

Pero el joven del Barça cambió de plan sobre la marcha ante un lateral que se iba derrengando a cada zancada de ese imprevisible delantero. Amagó, o eso creía Sergio Gómez, que terminaría recortando y en el último suspiro quebró su cuerpo y usó su pierna derecha para inventarse una soberbia asistencia a Lewandowski.

Engañó a la Real que esperaba un preciso centro con la pierna izquierda y, de pronto, cuando quiso saber donde estaba la pelota descubrió al 'nueve' polaco corriendo feliz por la pradera de Montjuïc en busca de Lamine.

Debut en Europa

La conexión resultó tan instantánea -menos de un minuto- como el impacto del delantero en el productivo juego de ataque del Barça. El mejor ataque del campeonato, capaz de firmar 21 goles en las siete primeras jornadas. O sea, una media de tres tantos. El Madrid de Mbappé, Vinicius y Mastantuono ha anotado 16 goles en este inicio del torneo donde ya ha sido desbancado del primer lugar.

Barcelona's Robert Lewandowski, right, celebrates with Lamine Yamal scoring his side's first goal during a Spanish La Liga soccer match between FC Barcelona and Real Sociedad at the Lluis Companys Olympic Stadium in Barcelona, Spain, Sunday, Sept. 28, 2025. (AP Photo/Joan Monfort)

Lamine Yamal y Lewandowski festejan el 2-1 marcado por el polaco a la Real Sociedad en Montjuïc. / Ap / Joan Monfort

Mientras en el Bernabéu digieren el dolor de la manita del Atlético, Flick recupera a su jugador más desequilibrante para recibir el miércoles en Montjuïc al Paris SG de Luis Enrique, el actual campeón de Europa. El partido que no se pudo vivir el curso pasado porque los azulgranas, prisioneros de su inmadurez, no gestionaron el tesoro obtenido en Milán y se quedaron a las puertas de la final.

El duelo con Nuno Mendes

Llega afinado a ese duelo que no se dio entonces. No tiene la importancia, ni mucho menos. Es la segunda jornada de la Champions y en la fase de grupos, al inicio de un largo camino donde la final de Budapest se atisba a los lejos. Pero el delantero, que se perdió el triunfo en Newcastle (1-2), aún no ha debutado este curso en Europa.

Hansi Flick en el estadio Lluis Companys durante el partido de liga entre el FC Barcelona y la Real Sociedad. Fotografía de Jordi Cotrina

Hansi Flick en el estadio Lluis Companys durante el partido de liga entre el FC Barcelona y la Real Sociedad. Fotografía de Jordi Cotrina / JORDI COTRINA / EPC

Sabe Lamine que tendrá delante suyo a Nuno Mendes, tal vez el mejor lateral que le haya defendido nunca. Quede como prueba la final de la Liga de las Naciones entre España y Portugal donde el defensa del PSG se impuso en ese duelo individual. Y la selección lusa se llevó el título en junio pasado en la tanda de penaltis siendo clave incluso la aportación ofensiva de Nuno Mendes, que marcó un gol (era el 1-1) en el tiempo reglamentario de un partido que acabó en igualada (2-2).

A Lamine, tras media hora que, en realidad, se puede condensar en esos 57 segundos, le sentó de maravilla ese retorno tras tres semanas en la enfermería, con viaje incluido a París para constatar que el Balón de Oro era propiedad de Dembélé, quien lesionado no estará el miércoles en Montjuïc.

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