DPAM es una firma independiente que gestiona fondos de inversión y mandatos discrecionales por cuenta de clientes institucionales, por un importe total de 37.200 millones de euros a junio de 2020. Entidad de gestión activa y sostenible, pionera e innovadora en inversión responsable.

Destaca su integración de criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) en todas las clases de activos y temáticas. Tiene un fuerte enfoque en el análisis y la investigación, con equipos de analistas fundamentales y cuantitativos propios, que interactúan entre sí apoyando la gestión de activos.

Acaba de recibir la máxima calificación A+ de los Principios de Inversión Responsable (UN PRI) respaldados por la ONU por cuarto año consecutivo. Además, la gestora apoya las recomendaciones del Grupo de trabajo del FSB, sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (TCFD) y la iniciativa Climate Action 100+.

Entre los fondos de bandera sostenible destaca el DPAM Invest B Equities NEWGEMS Sustainable, que ha demostrado una fuerte resistencia y su carácter defensivo, aprovechando también las tendencias del futuro para posicionarse y batir a los mercados.

Hablamos sobre fondos sostenibles con Amparo Ruiz Campo, Country Head para España y Latam de DPAM.

– ¿Por qué se especializaron en inversión sostenible?

Hace ya 19 años que tomamos la decisión de desarrollar estrategias responsables y sostenibles, y básicamente se debió a una convicción muy integrada en nuestra cultura corporativa. Para nosotros cada decisión de inversión conlleva un impacto y tenemos una responsabilidad inherente a la hora de considerar el significado de nuestras acciones. Esta fuerte convicción ha sido reforzada por el comportamiento de los inversores, las decisiones de la sociedad en su conjunto y cada vez más por las actuaciones y avances de los reguladores.

– ¿Cómo se puede medir (o controlar) el impacto medioambiental de las inversiones?

Más allá de una calificación o puntuación, el impacto real de las inversiones, negativo y/o positivo, es lo más relevante en términos de sostenibilidad. Las métricas de medición del impacto suelen centrarse en los logros reales de sostenibilidad de las empresas, independientemente de su compromiso con los criterios ASG evaluados por las políticas y programas adoptados.

La naturaleza misma de la actividad de la empresa es la información clave para que los inversores puedan decidir qué actividad desean financiar y el impacto que podrían tener en la sostenibilidad.

Es importante disponer de datos más detallados sobre el sector puede ayudar a evaluar los sectores en los que la exposición a riesgos potenciales es más grave, como las cuestiones medioambientales para la minería y el sector del petróleo y el gas. Esto permite comprender hasta qué punto los riesgos relacionados con el sector están integrados en el proceso de inversión, pero también ayuda a medir mejor la exposición a determinados riesgos específicos del sector.

Es posible mirar más allá de los programas de sostenibilidad de una empresa y centrarse únicamente en el impacto sostenible de sus productos y servicios.

Para evitar dejarse influenciar en exceso por la comunicación corporativa (lo que llamamos el «sesgo de divulgación»), se recomienda tener en cuenta los logros reales de las empresas en materia de sostenibilidad. Por ejemplo, una empresa podría publicar objetivos fantásticos para luchar contra las emisiones atmosféricas de su proceso de producción, pero ¿está cerca de alcanzar estos objetivos y alcanzó alguno antes?

Los proveedores de investigación ESG incluyen cada vez más este tipo de métricas en sus modelos, pero como todos los objetivos y programas son ligeramente diferentes, sigue siendo un desafío evaluar los logros reales en relación con lo que cabe esperar como mínimo o con lo que la empresa ha hecho entretanto.

No siempre es sencillo identificar las empresas que tienen un impacto sostenible a través de sus productos y servicios. Por ejemplo, con respecto al cambio climático, un inversor puede ser escéptico acerca de una cartera que está activamente posicionada hacia las empresas de servicios públicos de energía. A menudo, las empresas de servicios públicos están expuestas a combustibles fósiles que son perjudiciales para el clima. No obstante, al mismo tiempo, algunas empresas de servicios públicos de energía son las pioneras fundamentales en términos de energía renovable.

Para poder identificar esto, la información de una cartera debe ir más allá de la simple revelación de la distribución sectorial. Un marco de referencia que utilizan cada vez más las empresas y los inversores para vincular sus actividades e inversiones a temas de impacto es el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.

Los ODS representan los 17 objetivos clave que los países miembros de Naciones Unidas deberían alcanzar en 2030 con el fin de crear un futuro sostenible para nuestro planeta. Aunque inicialmente estos objetivos se centraban en países, las empresas de todo el mundo los han adoptado para informar sobre sus iniciativas de sostenibilidad.

“En España, los inversores son más conscientes y hay una demanda creciente de fondos sostenibles”, Amparo Ruiz Campo.

– La inversión ética y responsable, ¿es una tendencia pasajera o que ha llegado para quedarse?

Nosotros preferimos hablar en concreto de la inversión sostenible y, es hoy una tendencia estructural que ha llegado para quedarse. Junto a la creciente importancia mundial de la sostenibilidad en los últimos años, existe una tendencia estructural que se mantiene. Los reguladores llevan varios años intentando convertirlo en un enfoque estandarizado, sistemático y mucho más ampliamente adaptado. Además, las crisis económicas o financieras han aumentado la concienciación y los inversores están prestando mucha atención a cualquier factor que pueda crear volatilidad e incertidumbre en torno a sus inversiones. Por otra parte, gracias a las redes sociales, sus inversiones están monitoreadas continuamente por los diferentes actores implicados, ya sean beneficiarios de fondos de pensiones, clientes, empleados etc. De este modo, el riesgo reputacional alcanza toda su importancia.

Las estrategias sostenibles del DPAM han crecido más de 1.500 millones de euros desde principios de 2020, y ahora abarcan un total de 9.600 millones de euros de activos bajo gestión. Esto es aún más notable cuando comparamos el volátil e incierto entorno de inversión de este año con los mercados en auge del año pasado.

– ¿Renunciamos a una buena rentabilidad al optar por inversiones responsables?

No. De hecho, esta es una idea que deberíamos empezar a rechazar habida cuenta de toda la investigación que se ha hecho sobre el tema y la evolución del mercado en torno a la inversión sostenible.

La pandemia y todas sus repercusiones a nivel global han demostrado una vez más que las compañías denominadas sostenibles han sido mucho más resilientes desde un punto de vista financiero y contable, además de ofrecer una rentabilidad superior a la del mercado. Esta rentabilidad financiera superior no solo se ha visto reflejada en los retornos de las empresas sino también a través de su perfil de riesgo.

– Últimamente vemos mucha tendencia “verde” o “sostenible” en el mercado. ¿Hasta qué punto hablamos de compromiso real o de método para atraer clientes o inversores? ¿Cómo podemos diferenciar esto?

Cada vez más compañías están comenzando a revelar públicamente información sobre sus políticas y prácticas de sostenibilidad, sin embargo, la experiencia demuestra que la comunicación corporativa, con frecuencia, supera los esfuerzos reales de sostenibilidad que realizan las compañías. Esto es lo que se denomina «Green washing» corporativo. Para evitar dejarse influenciar en exceso por la comunicación, se recomienda tener en cuenta los logros reales de las empresas en materia de sostenibilidad.

No es un ejercicio fácil, pero siempre se debe hacer referencia al compromiso y convicción de la empresa o la gestora. En materia de inversión responsable hay actores pioneros como DPAM que ha desarrollado un área de especialización proyectado a toda la oferta basándose en una creencia a nivel de empresa. La inversión sostenible no es algo que nació ayer y es clave observar aquellos actores que se involucraron desde un primer momento antes de que se convirtiera en tendencia, para ver realmente la validez de su compromiso.

– ¿Cómo están siendo los resultados de este tipo de fondos en España?

En España, los inversores son cada vez más conscientes y hay una demanda creciente de fondos sostenibles. Hay que tener en cuenta que es una tendencia global, no responde a modas locales. Hoy todas nuestras estrategias integran criterios ASG y tenemos un compromiso firme de extender el sello sostenible a todas las estrategias. 

Otro factor importante es observar precisamente el compromiso con organismos internacionales como Naciones Unidas y los Principios para la Inversión Responsable (PRI). Además, una gestora comprometida no se limita solamente a mirar a los ratings de terceros, sino que desarrolla una especialización de análisis interno para ir más allá de las puntuaciones externas de sostenibilidad tanto para países como para empresas, como es nuestro caso.

En España, igual que el resto de países donde opera DPAM, es bastante claro que tanto nuestro posicionamiento como gestor activo como el track record y la solidez de nuestras estrategias sostenibles han sido los principales contribuyentes al éxito.

La primera mitad de 2020 no sólo ha puesto de relieve su resiliencia en tiempos de crisis, sino que también ha demostrado que son una fuente clara y continua de valor y oportunidades para nuestros clientes institucionales. Sobre la base de lo que sabemos hasta la fecha de publicación, en lo que respecta al desarrollo empresarial, el tercer trimestre debería ser una continuación de lo que hemos visto en la primera mitad de 2020.

– ¿Por qué invertir ahora en el fondo DPAM Invest B Equities NEWGEMS Sustainable?

Este fondo es una combinación única que integra inversión multi-temática y sostenibilidad. En lo que va de 2020, ha superado el 25% (a 9 de octubre 2020), ha tenido un comportamiento superior frente a su índice de referencia, MSCI World y desde la implementación del actual proceso de inversión multitemático en octubre de 2017, ha superado al MSCI World más del 30%.

Se trata de un fondo gestionado activamente que invierte en empresas que desempeñan un papel fundamental en la configuración de la sociedad del futuro (consumidores, empresas y gobiernos) a nivel mundial. El equipo de gestión trabaja sobre siete temáticas que conforman el núcleo de esta sociedad 5.0: Nanotecnología, Ecología, Bienestar, Generación Z, E-Sociedad, Manufactura 4.0 y Seguridad (NEWGEMS). Además, integra criterios ASG, lo que permite invertir en estas temáticas de forma sostenible.

DPAM Invest B Equities NEWGEMS Sustainable es una estrategia que se centra en los ganadores del futuro y frente a la crisis actual del COVID-19, ha demostrado ser un fondo troncal de cualquier cartera, resistente y defensivo. En este contexto de mercado, el fondo invierte significativamente en empresas que se benefician de la situación «me quedo en casa» y en compañías en áreas de alto crecimiento, como Software y Tecnología de la Salud.

La construcción de esta cartera está diversificada, tanto las capitalizaciones y temáticas de inversión. Cuenta con 70-80 valores con diferentes ponderaciones y es completamente invertido (máximo 5% en cash). Algunos aspectos clave:

• Se focaliza la inversión en acciones que den acceso al capital de empresas "del futuro", a nivel mundial y seleccionadas por buenos fundamentales, pero además con altos estándares medio ambientales, sociales y de buena gobernanza.

• Invierte en compañías innovadoras y disruptivas a lo largo de toda la cadena de valor, con fuerte crecimiento en los beneficios por acción (BPA), márgenes elevados y generadores de flujo caja + (FCF/EV > 4%).

• Exposición a compañías grandes, medianas y pequeñas (35% en Small & Mid caps donde generamos mayor alpha). También diversificamos entre compañías value y growth, por ello el fondo se encuentra en la categoría Morningstar Global Equity Blend situándose en el primer decil a 1, 2 y 3 años.