La CAM ya estaba tocada de muerte, desesperada buscando un socio que evitara su nacionalización y con las emisiones del Banco Central Europeo como única fuente de liquidez ante el cierre de los mercados internacionales por la crisis griega. Sin embargo, nada de esto impidió que la Generalitat volviera a echar mano de la caja alicantina para conseguir que le prestara 200 millones de euros tan sólo dos días antes de que el Banco de España y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) la intervinieran.

El Diario Oficial de la Comunidad (DOCV) publicó ayer la operación que se efectuó mediante una emisión de pagarés, con fecha del 20 de julio, por los que el Consell abonará un interés del 4,75% anual, una cifra elevada pero por debajo del 6% que el Estado estaba pagando en esas mismas fechas por colocar su deuda. El plazo de vencimiento será de tres meses, según las mismas fuentes.

Tanto desde el Instituto Valenciano de Finanzas (emisor de los pagarés), como desde la propia entidad trataron de restar trascendencia al préstamo señalando que se trata de una operación habitual, de renovación de una emisión anterior, y que se venía negociando desde hace al menos tres semanas.

En este sentido, las fuentes consultadas señalaron que, efectivamente, los pagarés han servido para cubrir otra emisión que vencía y que la Generalitat, debido a su también complicada situación financiera, no podría hacer frente. En cualquier caso, señalan las citadas fuentes, la operación no incrementa el endeudamiento del Gobierno valenciano ni tampoco la suma que éste debe a la CAM.

No obstante, la generosidad de la caja alicantina la administración autonómica contrasta con las dificultades que estaban teniendo los empleados de la entidad en los últimos meses para conseguir que se les autorizaran nuevos créditos a clientes, según señalaron ayer los sindicatos Sicam y CGT.

Precedentes

No es la primera ocasión en que la Generalitat recurre a la colocación de pagarés entre las entidades de la autonomía para hacer frente a sus problemas de liquidez. En este sentido destaca la emisión por importe de 1.000 millones de euros que realizó a finales de octubre del año pasado y que repartió, a partes iguales, entre la CAM y Bancaja. En aquella ocasión el interés ofrecido era el mismo, el 4,75% anual, pero el plazo de vencimiento se estableció en 18 meses.

Pero, además de pagarés, el Consell también recurrió a créditos ordinarios, cuyo importe aumentó notablemente en el último año. Así, tal y como adelantó INFORMACIÓN el pasado 4 de febrero, a lo largo de 2010 el volumen de créditos de la Generalitat con la CAM aumentó en 280 millones de euros, frente a los 44 millones en nuevos préstamos que solicitó en 2009. De esta forma, el saldo total de créditos del año pasado ascendió a 505 millones de euros, según consta en su Informe Anual de Gobierno Corporativo.

Sólo con las tres operaciones citadas, la deuda total del Gobierno autonómico con la caja ahora nacionalizada ya supera los 1.200 millones de euros, aunque la cifra final podría ser superior ya que la entidad no detalla en sus cuentas a que administraciones corresponde la deuda pública (letras, etc) en su poder. Al respecto, el balance del año pasado sí que muestra que la caja alicantina triplicó sus inversiones en este tipo de títulos al pasar de 710 a 2.170 millones de euros.

A todo esto habría que añadir las inversiones que la caja ha realizado a lo largo de los años para respaldar proyectos de la Generalitat, como Terra Mítica o la financiación de los hospitales públicos de gestión privada.

Desde Sicam lamentaron ayer el "abuso" que suponen este tipo de operaciones y destacó el "perjuicio que muchas de ellas han ocasionado a la caja y que la han conducido a la situación actual. Por su parte, desde CGT denunciaron que "no es lógico que se cierre el grifo para los pequeños empresarios mientras se dan cientos de millones a la Generalitat". "Hay compañeros que hace tres meses que no han podido dar ni un crédito", añadió un portavoz del citado sindicato.