El caso no ha llegado todavía a los tribunales. Pero no tardará en hacerlo. El abogado valenciano especializado en asuntos financieros Jaime Navarro lo relata algo escandalizado. Según relata, esta semana entraban en su despacho un particular acompañado de su hermano esquizofrénico y sus padres mayores interesados en intentar rescatar 50.000 euros que tanto el hermano enfermo como su progenitor, de 80 años, habían invertido en participaciones preferentes. El objetivo era poner en valor un dinero que el hermano esquizofrénico emplearía cuando sus padres muriesen y se quedase solo. Navarro relata el hecho sorprendente de que la entidad financiera, en este caso la antigua Bancaja, comercializase un producto tan complejo como las participaciones preferentes a personas presuntamente incapaces de entender las aristas y los riesgos de lo que compraban.

Navarro tiene otro caso de una señora de 98 años que en 2005 invirtió 190.000 euros en preferentes tras vender una vivienda. "Estaba ciega y sorda y la conminaron hace poco a hacer el canje por acciones sí o sí. Fue una oficina de Bancaja en Alaquàs y lo hizo con el empleado de la caja al que conocía de toda la vida", señala este abogado con despacho en Valencia.

Estos casos no son extraños. Las cajas integradas en Bankia se volcaron en captar clientes de avanzada edad para colocar participaciones preferentes, según un informe del Banco de España incluido en el sumario del escándalo de la quiebra del banco que investiga la Audiencia Nacional.

Las entidades fusionadas lograron captar 190.000 clientes particulares que invirtieron de media 30.000 euros. Bankia se esmeró en colocar el producto a personas que contaban con niveles altos y medios de ahorros en otros productos como fondos de inversión, depósitos, seguros de ahorro o domiciliación de pensiones. A estas mismas personas se les ofreció además comprar acciones de Bankia cuando la entidad salió a bolsa en julio de 2011. La inversión media llegó a rondar los 9.000 euros. El mismo Banco de España reconoce que Bankia podría verse abocada a sufrir un aluvión de sentencias desfavorables, ya que ocasiones comercializó participaciones preferentes con el compromiso de que podría rescatarse el 100 % de la inversión. De hecho, cuando alcanzó la presidencia del banco, Rodrigo Rato pidió autorización para canjear 1.277 millones de euros de preferentes por acciones de Bankia al 100 % del valor nominal, con el objetivo de transformarlas en capital de la entidad.