Créate tu propio empleo. Este es el mantra que impulsa las estadísticas de constitución de sociedades mercantiles en la provincia, donde el mes de julio ha vuelto a confirmar la tendencia que las patronales identifican desde hace un año: la provincia genera más empresas que nacen cada vez con menos recursos. Los datos publicados esta semana por el Instituto Nacional de Estadística muestran que hace dos meses se crearon en Alicante 415 sociedades limitadas: 31 más que en el mismo mes del año anterior, 95 más que hace dos y 44 más que hace tres. Se trata de un «dinamismo empresarial» que coloca a Alicante en la quinta posición nacional en creación de empresas, pero que la relega al décimo puesto si se atiende su dotación económica inicial. Ha sido superada por La Coruña y es seguida por Huelva, dos provincias que inscribieron en sus registros menos de 150 empresas.

En julio de 2010, las 371 sociedades limitadas que se registraron tuvieron una inversión total de 94 millones de euros, mientras que en 2011 la inversión inicial se desplomó hasta13 millones. Este año se suscribieron en total 3,8 millones de capital inicial, lo que deja una media de 9.100 euros por sociedad. Es decir, mientras que el número de mercantiles aumenta, su provisión económica va en descenso; en concreto, en julio ha sido un 49% más bajo que hace doce meses, mientras que con respecto al pasado junio es un 43% menor.

La SA, de capa caída

En lo que va de año de enero a julio Alicante ha visto nacer a 2.955 nuevas sociedades limitadas. Esta modalidad empresarial, entre otras características, exige suscribir un capital social mínimo de 3.000 euros y puede ser fundada por una sola persona, mientras que crear una SA requiere depositar 60.000 euros. De hecho, esta segunda figura jurídica, que ampara a la mayoría de las grandes empresas, cae de forma sostenida desde 2010 hasta representar sólo el 0,4% de las nuevas mercantiles que se constituyeron en julio. Durante el año 2012, sólo se registraron 75 empresas entre las 127.748 compañías con sede en Alicante con más de 200 trabajadores, según datos del Directorio Central de Empresas que elabora el INE. En julio se han creado dos SA, ambas con el capital mínimo, el total más bajo de los últimos cuatro años. Sin embargo, la creación de sociedades limitadas crece en Alicante desde hace dos años: entre enero y julio de este año se fundaron 2.955 SL, cifra un 5,4% mayor que la del mismo periodo de 2012 que a su vez significó un incremento en nueve puntos respecto a 2011.

La sociedad limitada es la reina en esta segunda mitad de la recesión donde el paro no mejora, el crédito se estanca y la contratación se mantiene baja y precaria. José Santacruz, decano de la escuela de negocios Fundesem, entiende que este auge de las pequeñas mercantiles se debe a «la dificultad de emplearse por cuenta ajena», lo que «lleva a algunos profesionales a asumir el riesgo de crear su propia empresa, en ocasiones en solitario».

«En solitario» es la clave de este «dinamismo empresarial» para Cristóbal Navarro, presidente de Cepyme Alicante. «La mayor parte de las nuevas mercantiles tienen más que ver con autoempleo que empresas tradicionales», ya que, a su juicio, «no nacen con intención de crear empleo y desarrollar un plan de empresa a largo plazo», sino más bien con la de explotar una actividad «por cuenta propia». Y aunque el autoempleo como solución al paro tiene su reflejo también en el aumento de las altas de trabajadores autónomos, existen dos grandes razones por las que los emprendedores se decantan por la opción SL a la hora de poner en marcha un negocio que bien podrían realizar como persona física.

La empresa es el traje

«Se escoge la fórmula SL porque tiene ventajas: la primera es imagen comercial; ser empresa da sensación de que hay detrás una estructura y en el mercado se ve mejor que si eres una persona sola. Y la segunda es seguridad jurídica: si el proyecto fracasa, te condenas si eres autónomo porque respondes con tu patrimonio, pero una SL absorbe la responsabilidad civil». Navarro entiende que estas son las causas de que en la provincia haya «algunos autónomos que están constituyendo microempresas», como se conoce a las pymes con menos de diez empleados.

Por su parte, el responsable académico de la escuela interpreta que el hecho de que el capital social sea bajo y en muchas ocasiones «ajustado al mínimo» legal «dificulta la viabilidad de la empresa», ya que el «margen de error es pequeño». «En estos casos no te puedes equivocar; hay que identificar un hueco en el mercado y conseguir un éxito comercial muy rápido, porque de lo contrario puedes tener problemas de tesorería pronto», asegura Santacruz.

Al riesgo hay que sumar el factor «nuevo empresario», como sugiere el responsable de Fundesem y afirma el presidente de Cepyme,ya que un profesional de una actividad económica no se convierte automáticamente en gestor de empresa tras aparecer en el registro mercantil como administrador de su SL. «Pocos recursos, poco riñón, poco hueco en el mercado y carencias en gestión empresarial puede ser un cóctel poco digerible», explica el decano.

La mala digestión de estos negocios tiene también una manifestación estadística. En julio se disolvieron 80 mercantiles anónimas y limitadas en la provincia, cifra similar a las 79 del mismo mes de 2012 y superior en 20 ceses de actividad al registro de 2011. Pero el INE no recoge, según el representante de Cepyme, «ni un 10% de la mortandad empresarial» de la provincia. «No se puede iniciar una actividad sin constituir la empresa, pero no hace falta disolverla para que deje de funcionar. Muchas se abandonan sin más, como un blog en Internet, antes de los dos años» de su creación, explica.