­«Ojalá se pudiera encontrar otro camino, pero no lo hay. No queda otra opción que amortizar las cuotas participativas a cero euros porque su valor no va a cambiar». Así se manifestó ayer el presidente de la gestora de la fundación CAM, Matías Pérez Such, tras ser preguntado por este diario sobre la amortización de los polémicos valores de la que ayer daba cuenta este diario. Un producto financiero en el que se vieron atrapados unos 55.000 inversores y cuyo valor, según precisó Pérez Such, no va cambiar por mucho que le gustaría que eso no fuera así. «La mejor solución hubiera sido pagar a todos los cuotapartícipes, pero eso no es posible», se lamentó el responsable de la gestora, quien confirmó que la nueva ley de cajas obliga a liquidar los títulos antes del próximo día 29, una condición inexcusable para constituirse en fundación.

Preocupado por los pequeños ahorradores, Pérez Such aseguró estar «absolutamente convencido de que amortizar las cuotas es la mejor forma de defenderlos ya que no se puede mantener la esperanza de que vaya a haber un cambio en los criterios de valoración que utilizó el Banco de España. Nada va a variar lo que en su día hizo el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ni lo que aprobó la Asamblea de la CAM y decir otra cosa, como que se les va a dar valor a las cuotas es, además de demagógico, un engaño. No tenemos esa opción, es falso, no tenemos esa capacidad legal».

Para el responsable del órgano encargado de velar por la Obra Social de la CAM, «la única opción que tienen los afectados de recuperar lo invertido es a través de los tribunales», en alusión a los casos en los que se pueda probar una mala comercialización. «¿Que tenemos que hacer, vender el legado de Óscar Esplá o la Casa Modernista para pagar las cuotas que tienen la Caixa o el BBVA, entre otros?», se preguntó Pérez Such antes de dejar claro que, en cualquier caso, la ley impide a la fundación desprenderse de su patrimonio para destinar el dinero a fines que no sean de interés general. «No vamos a dejar de dar becas o de apoyar a los emprendedores de la provincia, que es lo que en estos momentos tiene que hacer la fundación», añadió.

Condición inexcusable

El presidente de la gestora insistió ayer en que «la mejor forma de ayudar a los que compraron cuotas es darles el certificado para que puedan declarar las pérdidas en el IRPF y a los que engañaron decirles que vayan al juzgado y que la justicia dictamine». Sobre la posibilidad de que los valores se mantuvieran en el limbo en el que llevan desde hace 30 meses, Matías Pérez Such señaló que liquidar los títulos es «condición imprescindible para poner en marcha la fundación y así nos lo ha trasladado el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) y el Protectorado de Fundaciones». Además, «la provincia de Alicante se merece que se tomen responsabilidades», aseguró.

La CAM emitió las cuotas en julio de 2008 en un intento de sus responsables de cubrirse las espaldas ante las previsibles consecuencias de la crisis económica que acababa de comenzar. Fue la única entidad que utilizó este tipo de valores, similares a las acciones pero sin otorgar derechos políticos a sus propietarios y que fueron creados específicamente para las cajas de ahorros. Tras las pérdidas afloradas con la intervención de la entidad, las cuotas perdieron todo su valor al igual que ocurre con las acciones de una empresa cuando quiebra.