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«Una cuestión de Estado en la que falta consenso»

El nuevo sistema que ha implantado el Gobierno para fijar las tarifas de la luz, y que tendrá que estar totalmente implantado para el próximo 1 de julio, despierta muchas dudas y no pocos recelos. Con ello, los usuarios seguirán recibiendo una factura mensual con lecturas reales del contador, pero pagarán por cada kilovatio según el precio diario del mercado mayorista o pool, mientras que, hasta la fecha, existía un precio fijo para cada trimestre. «¿Realmente están las empresas eléctricas preparadas para cambiar el recibo?», cuestiona el presidente de Avacu, Fernando Móner. De hecho, apunta que «habrá que esperar a ver cuál es la repercusión que tiene en la práctica este nuevo modelo, pero son muchos los recelos que tenemos, porque las familias no van a saber qué van a pagar hasta que no les llegue el recibo. Al final, es como si llevaras el coche al taller, no te dieran presupuesto, y, cuando vas a recogerlo, te dan una factura de 3.000 euros». También pone en tela de juicio que se pueda tarificar por horas: «En teoría, poner la lavadora a las doce de la noche debe ser más barato, pero, ¿qué pasará si todos la ponemos a esa hora? Lógicamente, será más cara». A su juicio, «el Gobierno no sabe por dónde salir en este tema, porque es un tema complejo, y el problema es que no ha reunido a todas las partes, a las eléctricas, a los consumidores y a las empresas, y cuando hay otras cuestiones más allá de las tarifas, como el IVA del 21% o el déficit tarifario». Y es que, al fin y al cabo, para Móner, «la energía eléctrica debería ser una cuestión de Estado, al igual que la sanidad y la educación, porque nos afecta a todos». m. p.

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