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La sangría de socios y vocales hace caer las cuotas de Coepa a sus niveles más bajos desde 2009

La sangría de socios y vocales hace caer las cuotas de Coepa a sus niveles más bajos desde 2009

La patronal sólo recaudó 179.000 euros por las contribuciones de empresarios en 2014

La sangría de asociados y vocales, junto a los impagos por parte de determinados colectivos, ha comenzado a pasarle factura a Coepa, hasta el punto de que los ingresos vía cuotas empresariales cayó al cierre del ejercicio pasado a sus niveles más bajos desde 2009. Al final, las altas y los nuevos vocales de algunas entidades no fueron capaces de compensar los efectos de la crisis y la desafección hacia la patronal. Las cifras no pueden ser más elocuentes: en 2014 sólo se recaudaron 179.000 euros por las aportaciones de los empresarios, un 11,6% menos que un año antes y un 12,6% menos de lo inicialmente previsto. Así se desprende de la liquidación del presupuesto, que pasó por la asamblea general que Coepa celebró ayer por la tarde en IFA. Una asamblea que, por otro lado, poco menos que fue un paseo militar en el que los votos en contra en determinados puntos y, concretamente, los económicos y el de la expulsión de Cepyme, vinieron sólo de los dos representantes de la patronal del metal Fempa, la única organización disidente que queda a día de hoy en la patronal, tras las salidas de los colectivos más críticos. Por parte del resto de entidades, el respaldo al núcleo duro de Coepa fue unánime y previsible.

Sea como sea, esa misma liquidación del presupuesto aprobado ayer, de hecho, deja bien a las claras que las cuotas de los asociados representaron para la confederación que preside Moisés Jiménez algo más del 5% del total de ingresos, que llegaron a los 3,4 millones de euros. La venta de la antigua sede de Ruperto Chapí, que supuso un beneficio de 846.000 euros, y la excesiva dependencia de las subvenciones, porcentualmente menor que en ejercicios anteriores, pero aún excesiva, salvó el balance, hasta dar un resultado positivo de 126.000 euros.

Fue en este contexto precisamente en el que la asamblea, también sólo con los votos en contra de Fempa, sacó adelante una subida de las cuotas de algo más del 7%, lo que, en la práctica, supondrá que de los 69 euros que se pagan ahora por vocal al mes se pase a los 75 euros. Desde los órganos directivos de Coepa vinieron a argumentar que ésta es la primera subida que se aprueba en 20 años y que poco menos que tiene un carácter simbólico. Mientras, desde el metal, alegaron que, en última instancia, eso complicará más el pago a aquellas organizaciones castigadas por las crisis y que han tenido que reducir vocalías, y criticaron que, mientras se autorizan medidas de este tipo, los de Moisés Jiménez rebajen su representación, y contribución, en otras entidades como Cierval y la CEOE.

Ahora bien, la subida de cuotas no fue el único planteamiento expuesto para ganar «independencia económica». El presidente de Coepa, Moisés Jiménez, durante su discurso, volvió a vender el proyecto de su organización de impulsar «acciones comerciales» con visitas personales a organizaciones y empresarios para convencerlos de que se asocien. No sólo eso. El mandatario de la confederación provincial también hizo un llamamiento a los suyos: de una parte, pidió a los miembros de su junta que se incorporen como socios de forma directa, eso sí, respetando su pertenencia a la asociación en la que ya estén; de otra parte, demandó al resto que incrementen el número de vocalías, respetando el límite de quince como máximo que fijan los nuevos estatutos.

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