Menos cargas fiscales, una reducción de la multitud de normativas que intervienen en la actividad económica, una relaciones laborales más simples y un gran pacto de Estado por la educación que permita mejorar el capital humano. Ésas son algunas de las 50 medidas que ayer propuso el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) con el objetivo de favorecer el aumento de tamaño de las compañías españolas, que el organismo considera clave para la creación de empleo.

El presidente del IEF, Ignacio Osborne, y el director general, Juan Corona, presentaron ayer el estudio La dimensión empresarial como factor de competitividad, que pone de relieve la «atomización» que sufre el tejido productivo español. Según los datos del estudio, en nuestro país existen 3,24 millones de empresas activas, de las que tan sólo el 0,7% cuentan con más de 50 trabajadores, frente al 3% de Alemania o el 1,2% de media de la UE 28. Es decir, que el volumen de grandes empresas en España es la mitad que en el resto del continente. De igual modo, mientras la plantilla media de una firma europea es de 5,8 empleados, la de una española son 4,5, lo que supone un 22,4%.

Éste es uno de los motivos, según el IEF, de que el mercado de trabajo nacional haya sido uno de los más perjudicados por la crisis económica ya que, según afirman, «cuanto más consistente sea el tejido empresarial, menor será la destrucción de puestos de trabajo en periodos de recesión».

De esta forma, tras las reformas urgentes que se acometieron para combatir la crisis, Osborne aseguró que ha llegado el momento de realizar «reformas de calado a largo plazo» para evitar que la situación se repita.

Y entre esos cambios de calado que reclaman las empresas familiares el primero es un gran pacto de Estado por la educación, cuyo contenido debería ser elaborado por un grupo de expertos profesionales independientes, que cuente con la opinión de todos los agentes implicados y que sea consensuado por todas fuerzas políticas. Todo con el objetivo de poner fin «al sinsentido de siete reformas educativas en los últimos 35 años». El IEF, además, pide reforzar la formación dual.

Mercado laboral

En el ámbito laboral, las empresas familiares abogan por el contrato único con una indemnización creciente para sustituir a las actual maraña de modalidades y también por una flexibilización del contrato a tiempo parcial, que permita más libertad para distribuir las horas de trabajo a lo largo del año. Igualmente se aboga por un sistema de capitalización individualizado que agrupe, tanto la pensión, como las indemnizaciones. La conocida como «mochila austríaca».

En el ámbito de la Administración Pública, se proponen auditorías privadas para controlar dónde se invierte el dinero público y, sobre todo, «simplificar y racionalizar el actual marco regulatorio y normativo, por considerar que la actual maraña existente es responsable en gran medida del menor crecimiento de las empresas españolas». En esta misma línea, también se señala la necesidad revisar las actuales singularidades contables, o las ventajas fiscales, laborales y financieras que hay establecidas para las pequeñas empresas, para evitar que puedan actuar «como freno al crecimiento».

El documento aboga, asimismo, por revisar los tributos que afectan a las empresas para suprimir aquellos que carecen de relevancia recaudatoria y que suponen una carga burocrática. Además, pone de relieve el enorme coste que supone conocer las continuas modificaciones legislativas que se aprueban de la normativa estatal, autonómica y local.

Hacienda

El IEF también considera necesario simplificar las relaciones entre la Agencia Tributaria y los contribuyentes, de forma que sea la primera la que calcule y elabore las liquidaciones. Además, solicita una rebaja de las cotizaciones sociales, el establecimiento de una «cuenta única» con la administración que evite tener que pagar por un tributo cuando se está pendiente de una devolución de otro; y la supresión de todos aquellos impuestos y tasas que suponen una barrera para el inicio de cualquier negocio.