Uber y Cabify son dos aplicaciones que ofrecen un servicio de transporte a partir de la geolocalización del usuario. La plataforma registra la localización de un pasajero a través del GPS del móvil y le envía el coche más cercano. El usuario puede elegir el vehículo en el que quiere viajar desde la "app" y también realizar el pago. El precio de estos servicios suele ser más barato que el de un taxi convencional y se rigen por un sistema de licencias diferente.

Las tarifas de Uber y Cabify

La principal diferencia entre Uber y Cabify radica en la forma de cobro de cada una de ellas. Uber tienen una tarifa por kilómetro y minuto. Cobran 1,20 euros por cada kilómetro recorrido y 0,10 euros adicionales por cada minuto en marcha. El precio mínimo del servicio es de cinco euros.

Cabify, en cambio, sólo cobra una cantidad por kilómetro recorrido: 1,65 euros para los 20 primeros kilómetros y 1,10 para el resto. No contempla el tiempo por lo que si hay atasco o hay que tomar una ruta más larga no influye en el precio final. El importe mínimo es de seis euros.

En el caso de los taxis convencionales la tarifa arranca en una cantidad fija de 2.40 euros por el inicio del servicio al que hay que sumar la tarifa por kilómetro y por tiempo transcurrido. Por las noches, además, se activa la tarifa nocturna.

En una comparativa realizada por la web Xakata con trayectos en Madrid, donde operan los tres servicios, se aprecian diferencias considerables en las tarifas para desplazarse desde Cibeles al Aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez. Uber realizaría el recorrido por 20 euros, Cabify por 25,8 euros y un taxi convencional por 30 euros.

La polémica con las licencias

La polémica ha envuelto a estas aplicaciones prácticamente desde su aparición. Los sindicatos de taxistas de varias ciudades se han opuesto a estos servicios y esta última semana se han producido movilizaciones estatales, sobre todo en Madrid y Sevilla, contra Uber y Cabify. Las diferencias entre ambos colectivos radica en el sistema de licencias.

Uber y Cabify trabajan con licencias VTC, pensadas para conductores profesionales que conducen vehículos con licencia de transporte de pasajeros. No son licencias de taxi, sino de alquier de vehículos con conductor. Según la ley, desde julio de 2013 se establece que debe de haber una licencia de taxi por cada 30 de VTC. Una relación que los taxistas consideran desproporcionada e injusta.

Las licencias de Uber y Cabify, además, no les permiten captar clientes por la calle o salir del coche a buscarles, sólo pueden transportar. Algo que el gremio del taxi pone en duda que se esté cumpliendo.