Una de las prácticas que más llama la atención de los peritos designados por el juez Javier Gómez Bermúdez es que la CAM concedía a sus clientes con dificultades nuevos créditos o ampliaciones de los que ya tenían para que le pudieran pagar los intereses que le debían. Es decir, que la caja daba créditos para pagarse a sí misma.

De esta forma, según los expertos, conseguía un doble objetivo: Por una parte, mantenía a raya la morosidad, ya que al recibir el pago de los intereses podía sacar de la situación de mora esos préstamos; y, por otra, aumentaba ficticiamente sus ingresos y, consecuentemente, sus beneficios a final de año.

El informe apunta que, en ocasiones, se concedía la nueva financiación directamente al titular del crédito pero en otras lo que se hacía era otorgarle un préstamo a otra sociedad del mismo grupo para evitar las posibles reticencias de los supervisores. Las muestras analizadas por los expertos del Banco de España también señalan que raramente se exigía a los clientes nuevas garantías que garantizasen el cobro de la deuda, tal y como establece la normativa contable. También destacan que todos los casos detectados eran de préstamos concedidos a empresas del sector de la construcción.

Una práctica que no le va a resultar extraña al magistrado después de que uno de los hechos por los que ha abierto juicio contra el expresidente de la comisión de control de la caja Juan Ramón Avilés haya sido precisamente por las refinanciaciones carentes de toda lógica, como las califican las acusaciones, concedidas al empresario murciano hasta el punto de ser la caja la que, en realidad, abonaba los intereses.