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Moisés Jiménez y Cristóbal Navarro, en una reunión de CoepaRafa Arjones

Coepa ignora las alegaciones y mantiene la expulsión de Cepyme en sus estatutos

La patronal sigue permitiendo en su nuevo articulado la afiliación directa de empresas

De poco parece que ha servido el plazo de alegaciones que abrió Coepa para que sus asociados presentaran propuestas al proyecto de nuevos estatutos. Y es que, al final, la organización sigue manteniendo en el borrador dos de los puntos que más ampollas han levantado: de un lado, la expulsión de Cepyme de los órganos directivos, al dejarle sin la vicepresidencia estatutaria que tenía hasta ahoraexpulsión de Cepyme órganos directivosvicepresidencia estatutaria ; y, de otro, que se permita el ingreso directo de empresas en la patronal. Así las cosas, la confederación ahonda más si cabe en la brecha con los críticos, especialmente con el dirigente de las pymes, Cristóbal Navarro. Además, abre un nuevo frente, en este caso con las sectoriales, que temen perder asociados si se aprueba la propuesta de que cualquier empresa pueda acceder a Coepa sólo con pagar la cuota.

Lo que sí queda claro es la premura de la confederación empresarial en dar carpetazo a este tema: los nuevos estatutos pasarán por una asamblea extraordinaria el próximo 30 de septiembre, precisamente después de la ordinaria que se celebrará ese día y en la que se abordarán las cuentas del año pasado, y cuatro meses de que se abriera oficialmente el proceso para reformar el marco regulatorio de la patronal alicantina. Previamente a la asamblea, el documento deberá recibir el visto bueno del comité ejecutivo y de la junta directiva, después de que se hayan incorporado algunos pequeños retoques tras las sugerencias aportadas por algunos de los asociados, aunque se mantenga el planteamiento inicial del borrador de junio.

Por un lado, ya hacía tiempo que se venía especulando con la intención del sector más oficialista de impulsar una modificación estatutaria, para, con ello, entre otras cuestiones, poder quitarse de encima al dirigente de Cepyme, Cristóbal Navarro, que se había convertido en el principal azote del núcleo duro y con el que, a pesar de los pesares, tenían que tragar porque así lo marcaban los estatutos. Esos augurios se confirmaron en junio, cuando se conoció el primer borrador, y están en este segundodocumento de septiembre.

Con este punto de partida, la lectura que se ha hecho desde una y otra parte ha variado, y mucho. Así, desde el entorno de las pymes y los sectores más críticos con las posiciones oficiales siempre se ha mantenido que, con este paso, lo único que se pretendía era acallar las voces discordantes y, especialmente, a Cristóbal Navarro. Incluso argumentaban que esta posición era contraria a la que se mantenía en Cierval y en la propia CEOE. Mientras tanto, el núcleo duro ha venido sosteniendo que la asignación estatutaria de una vicepresidencia para Cepyme tenía sentido cuando nació la confederación de las pequeñas y medianas empresas, precisamente en el seno de Coepa, pero que ahora sería discriminatorio respecto a otras asociaciones que deben pagar cuota y que no tienen ningún cargo reservado de forma directa.

El otro punto no menos controvertido es el de permitir que sean miembros de pleno derecho las empresas y los autónomos, frente a lo que recoge el texto aún en vigor, donde sólo se da entrada a las denominadas «empresas singulares», esas que, como se dice literalmente en los actuales estatutos, «por ser únicas o en un número restringido, no dispusieran de representación a través de asociaciones o federaciones». El temor es que, en última instancia, Coepa acabe «robando» socios a las sectoriales, y así lo han venido alertando públicamente los más críticos y en «petit comité» aquellos que hasta ahora se mostraban más cercanos, fuera por acción o por omisión, al núcleo duro.

La cuestión no es baladí, y en determinados círculos empresariales han tachado esta iniciativa desde el principio de «competencia desleal», y se han quejado de que desde Coepa se utilice una doble vara de medir. No en vano, alegan que es incomprensible que, mientras se critica que en la patronal autonómicaCierval se plantee la posibilidad de que se permita la entrada de empresas por el miedo a que haya una fuga de afiliados, se vea con buenos ojos que se implante en la organización provincial. Incluso avisan de que la cuestión, en última instancia, puede hacer que sectores más o menos afines acaben alineándose con los críticos de seguir adelante esta propuesta.

Por contra, desde la cúpula mantienen que lo único que se está haciendo es regularizar una situación que ya existía. De hecho, vienen a decir que en el concepto de «empresa singular» poco menos que cabía todo, y que ahora se limita más su papel al fijar que su peso en la asamblea no podrá superar en ningún caso el 40%, frente al 49% del borrador anterior, y a lo que incluye el articulado vigente a día de hoy, que no establece restricción alguna.

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