El Gobierno ha decidido no renovar la autorización necesaria para que la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), que no está en funcionamiento desde hace cinco años, pueda volver a operar, por lo que será cerrada, ha anunciado hoy el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal.

El Ejecutivo ha tomado esta decisión por el escaso impacto de la central en el sistema eléctrico español, ya que tiene una potencia de tan solo 400 megavatios, y porque no existe certidumbre política ni económica para que puedan amortizarse las inversiones necesarias, dada la oposición de la mayoría de los grupos parlamentarios.

La Orden Ministerial por la que se denegará la renovación de la autorización se firmará "inmediatamente", ha explicado Nadal.

El titular de Energía ha recordado que se trata de una central antigua -de primera generación-, de las que ya no quedan muchas en Europa y cuya aportación al sistema eléctrico español es reducida, por lo que su cierre tendrá un impacto "nulo" en la seguridad del suministro y en el precio de la electricidad.

De hecho, ha recordado el ministro, la central está parada desde 2012 por decisión de las empresas propietarias, Endesa e Iberdrola.

Según Nadal, la decisión de no renovar la autorización se ha tomado "viendo el contexto de clara oposición política" y teniendo en cuenta que las empresas han querido utilizar este tema como "elemento de presión" para cambiar la regulación.

El ministro ha dicho que las empresas decidieron cerrar la planta en 2012, un año antes de agotarse la autorización anterior, como reacción a la creación de una tasa nuclear.

En este sentido, Nadal ha recalcado que la tasa "se queda como está".

El titular de Energía ha lamentado que no haya existido un "debate sosegado" en el ámbito político sobre el futuro de Garoña y ha subrayado que cualquier central nuclear "necesita certidumbre económica y también política y social" para poder amortizar las inversiones.

En este sentido, ha recordado la Proposición de Ley planteada por el PSOE para cerrar Garoña, que tenía el apoyo del resto de los grupos parlamentarios, excepto el PP.

El ministro ha dejado claro que esta decisión no se puede extrapolar al resto de las centrales nucleares.

Nadal ha avanzado que su departamento ha mantenido reuniones con la Junta de Castilla y León para poner en marcha un plan de reactivación que compense el cierre de Garoña.

El ministro ha explicado que el cierre de la planta se prolongará entre trece y dieciséis años.

Pedro Sánchez y los ecologistas celebran la noticia

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha celebrado este martes la "magnífica noticia" que supone, a su juicio, la decisión del Gobierno de denegar la reapertura de Garoña, algo que el PSOE lleva "muchos años exigiendo".

En un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, Sánchez ha destacado que esta medida puede contribuir al "desarrollo de la comarca" en la que se encuentra la instalación nuclear.

Por su parte, las organizaciones ecologistas han celebrado el anuncio, que, aunque "llega tarde", supone abrir la puerta hacia el fin de la energía nuclear en España.

ONG consultadas por Efe han reaccionado con satisfacción a esta decisión, que desde hace años era también un "clamor político".

Desde Greenpeace, Raquel Montón ha afirmado que hoy es un día de celebración: "Es el principio del fin de la energía nuclear en España".

Ecologistas en Acción también ha celebrado la noticia; a juicio de su portavoz para temas nucleares, Francisco Castejón, se trata de un veredicto de "sentido común e inevitable".

Por su parte, la directora de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, ha indicado que se ha adoptado "la mejor de las decisiones, con responsabilidad para el país": España tiene que eliminar los grandes riesgos como era la central de Garoña y apostar por las energías renovables.

Juan López de Uralde, coportavoz de EQUO, ha resumido: "La pesadilla de Garoña se termina", aunque la decisión "ha llegado tarde".