El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha reconocido este martes ante el Congreso que la entidad que preside llegó a ser el banco europeo más endeudado con el Banco Central Europeo (BCE) durante su proceso de saneamiento.

Asimismo, ha asegurado durante su comparecencia ante la comisión que investiga la crisis financiera, el rescate bancario y la quiebra de las cajas de ahorros, que la entidad rescatada llegó a tener en el momento de mayor dificultad un "pico" de unos 24.000 millones de euros en activos dudosos y adjudicados.

Desde su llegada a la entidad, en mayo de 2012, el presidente de Bankia ha presumido de que "pasó de ser una entidad en plena reestructuración y con una estructura prácticamente 'de mínimos' a ser en 2015 el banco líder en España, dentro de los grandes bancos, en eficiencia, rentabilidad y solvencia".

Cese de 800 consejeros

Además del plan de saneamiento y de capitalización que acabó ejecutándose bajo las directrices del rescate bancario fijado con Bruselas, Goirigolzarri ha incidido en que otra de las prioridades al llegar a la entidad fue una "mejora radical del gobierno corporativo".

Tras renovar el Consejo de Administración tanto de Bankia como de BFA, ha aseverado que "todas las personas que se incorporaron eran personas de reconocido prestigio e independencia" y que, además, se aprobó una política en materia de personal a este nivel para todo el grupo y las más de 800 filiales, subsidiarias y sociedades participadas entonces.

Según este plan, cesaron a más de 800 consejeros externos para sustituirlos por ejecutivos de Bankia, se eliminaron todas las dietas a consejeros en sociedades participadas al 100% y se abonaron al banco rescatado las dietas en el resto de consejos, según ha detallado.

30 casos denunciados al supervisor

"Con estas medidas, no solo conseguimos ahorrar siete millones de euros anuales, sino que también impulsamos la idea de que la entidad iba a ser dirigida desde la más estricta profesionalidad", ha subrayado, asegurando que ninguna persona que abandonó su cargo cobró indemnización o compensación alguna por su salida.

Por otro lado, ha señalado que durante este tiempo han comunicado a supervisores o a instancias judiciales un total de 30 casos relevantes en los que, ha dicho, creían que "existían prácticas bancarias no ortodoxas".

Cierre de oficinas

Por otro lado, Goirigolzarri también se ha referido a medidas que, pese a no compartir, tuvo que ejecutar en virtud del plan de reestructuración firmado entre España y la Comisión Europea, como el número de oficinas que se vieron obligadas a cerrar o los descuentos forzosos a los accionistas preferentistas.

"Comenté públicamente que no estaba de acuerdo (...) pero la alternativa era que no se inyectase capital, lo que era mucho peor... y por tanto, que pasaba a ser 'nuestro' plan", ha señalado, tras comentar que Bankia debió cerrar un tercio de su red, más de mil oficinas y realizar desinversiones de activos no estratégicos por valor de 61.300 millones.

Asimismo, ha señalado que el ERE llevado a cabo por la entidad, que según el plan acordado con Bruselas debía llevar al banco a contar con 13.600 trabajadores de los 20.400 con los que contaba entonces, fue "muy doloroso".

De cara a la recuperación de la entidad, Goirigolzarri también ha destacado los procesos de compensación a los tenedores de productos híbridos (preferentes y subordinadas) y la devolución a inversores minoristas que participaron en la salida a Bolsa de Bankia.

En el primero de los casos, la compensación ha alcanzado hasta ahora los 2.738 millones de euros --sin compensación a "hibridistas institucionales", ha especificado--, mientras que para aquellos que invirtieron en la salida a Bolsa la devolución ha alcanzado los 1.860 millones.