El exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez rebatió ayer al expresidente de Bancaja José Luis Olivas, y afirmó, en calidad de testigo, que la entidad valenciana no habría «aguantado» sin haberse integrado con Caja Madrid y otras cinco cajas en el grupo financiero BFA-Bankia. «Bancaja no aguanta, Bancaja no puede, ahora está cumpliendo, pero en unos meses con la situación que tenemos, no aguanta», recordó que le comunicaron los inspectores del organismo con motivo de la preparación del encuentro que mantendrían Ordóñez y su segundo, Javier Aríztegui, con Olivas para instarle a formar parte del proyecto.

Según explicó a la sección cuarta de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que retomó ayer el juicio por la salida a bolsa de Bankia, el Banco de España se vio obligado a celebrar aquella cita después de que el expresidente de Caja Madrid Rodrigo Rato les comunicara que su homólogo en Bancaja «no se pone al teléfono».

«Por eso, el subgobernador organiza una reunión a la que acudo, algo poco habitual, un poco para decirle a Olivas que el sólo no iba a funcionar», respondió a la fiscal del caso, Carmen Launa. Un discurso que contradice la declaración de Olivas el 25 de febrero, quien afirmó que «no veía» la integración con Caja Madrid y el resto de cajas «porque Bancaja era solvente y tenía un 52 % de solvencia por encima de la exigida». Ordóñez aseveró haberse sentido «sorprendido» por el hecho de que «una persona que tiene todos los datos» -en alusión al expresidente de Bancaja- negara los potenciales problemas de la caja, no en vano quien antes se entera de ellos «es el gestor». En su opinión, el Banco de España «no sacó el bate de béisbol sino que lo que le dijeron a Olivas es que creían que la entidad no podía subsistir sola».

Ordóñez dejó algunas frases bien significativas. Por ejemplo, que, «de la dimisión de Rato» -el 7 de mayo de 2012- «me enteré por la prensa, era un lunes y yo el viernes estaba al habla con la entidad, y la idea era seguir hablando». Pero también que «el problema que había es que se trataba de presidentes "políticos", como José Luis Olivas o Rodrigo Rato» y que «a veces en los directivos de las cajas había intereses de otro tipo, como seguir en sus puesto y cobrando, aunque no digo que ese fuera el caso de José Luis Olivas», también ex presidente del Consell. Tampoco se olvidó del exministro de Economía, Luis de Guindos. Ordóñez aseguró que la intervención de Bankia por parte del Gobierno «se hizo mal», pero admitió que el supervisor «tuvo que ponerse a disposición» del Ministerio de Economía a partir de la segunda mitad de abril de 2012, momento en el que perdió «el control» del asunto.