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La Comunidad invierte más en I+D pero sigue por debajo de la media nacional

El gasto en innovación representa el 1,03% del PIB autonómico, frente al 1,2% del promedio en España. Los fondos crecieron un 4,1% por el sector privado, pero las universidades cargan con el grueso de la actividad y la inversión

Una investigadora universitaria, en imagen de archivo JOSE NAVARRO

No es mala noticia que la Comunidad Valenciana haya aumentado un 4,1% su inversión en investigación y que el sector privado haya registrado un importante avance, con un 8,8% de incremento, de cara a los grandes retos en innovación que plantea la nueva era tecnológica. Pero pese al repunte y el esfuerzo realizado, los niveles aún están por debajo de la media española. Los 1.080,5 millones invertidos en la autonomía en I+D, entre la Administración Pública, la Enseñanza Superior y las empresas en 2017 -último año computado en las estadísticas-, representan el 1,03% de su PIB, mientras que esta aportación en España es del 1,2%, según los datos publicados por el Instituto Valenciano de Estadística (IVE) sobre la actividad innovadora.

El balance, además, refleja que la investigación todavía descansa de forma muy significativa en la actividad que desarrollan las universidades, cuya inversión supuso un 44,6% del gasto total, pero también en el personal dedicado a la innovación: 9.393 profesionales, de un total de 19.127 en equivalencia a jornada completa (EJC) en la Comunidad. Ligeramente por detrás de los centros universitarios, que, además, han ido potenciando sus parques científicos en los últimos años, la inversión de empresas o instituciones privadas sin fines de lucro representó el 43,8% del total. Sin embargo, el desembolso de la Administración para impulsar el I+D sólo supuso un 11% del gasto total en la autonomía y, además, sufrió un recorte del 3,9% con relación a 2016.

Dependencia de la Universidad

Luis Moreno, profesor ayudante doctor del Departamento de Análisis Económico Aplicado de la Universidad de Alicante (UA) y miembro del Instituto de Economía Internacional de la UA, destaca el «empuje» del gasto en I+D por parte de las empresas, aunque incide en que los datos también reflejan «la excesiva dependencia de nuestra economía en materia de innovación respecto a las universidades, donde se realiza el 44% del gasto en innovación». Un porcentaje que se eleva hasta el 49%, en el caso de número de profesionales que se dedican a la investigación en los centros de Enseñanza Superior, mientras que la participación por parte de empresas e instituciones baja al 39%.

En conjunto, el personal especializadoespecializado en I+D en la autonomía representa un 9,9% del total de su población ocupada. Una proporción que también se encuentra por debajo de la media nacional del 11,5%, según advierte el informe de IVE. El sector privado cuenta con 7.493 personas dedicadas a la innovación. Una cifra muy superior a los 2.241 especialistas que tiene la Administración Pública, que, además, representan un significativo descenso interanual del 8,4%. Donde, igualmente, destacan las instituciones universitarias es en la participación femenina en el campo de la investigación, al concentrar el 54,2% del total de 7.679 mujeres implicadas en el I+D en la Comunidad. En el caso del sector privado, el peso baja hasta el 29,1%. Pero más reducida aún es su presencia en el ámbito de la Administración Pública, al bajar al 16,5% del total de investigadoras.

Por otra parte, el profesor Luis Moreno hace hincapié en que las estadísticas del IVE reflejan otros datos «que son suficientemente conocidos y que se exponen recurrentemente en las encuestas sobre innovación empresarial».

El experto se refiere a las apuestas más dinámicas que en el terreno de inversión en I+D ocupan sectores como el químico (productos farmacéuticos) o el del motor, cuyo gasto en innovación representó el 11,8% y el 5,5%, respectivamente, del esfuerzo total realizado en 2017 por empresas o instituciones sin fines de lucro de la Comunidad Valenciana.

Ambas actividades están encuadradas dentro de las industrias manufactureras, que, junto a los servicios, acaparan la mayor parte de la inversión total del sector privado. El 45%, en el primer caso, y el 47,9%, en el segundo. Dentro de los servicios, igualmente, hay actividades más dinámicas que otras: las áreas financieras o las empresas dedicadas a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), frente a las ramas de hostelería o comercio.

La innovación en los sectores

Para el experto, en la coyuntura actual de cambio tecnológico «la capacidad de innovación de la Comunidad dependerá mucho del tipo de sectores que la definen». En este sentido, constata que en la autonomía hay sectores aún muy tradicionales, como la construcción o el turismo, entre otros, cuyo esfuerzo inversor es menor que otras industrias. Un 1,2% supone el gasto en innovación de la actividad inmobiliaria sobre el total o un 4,2%, el del comercio y la hostelería, según este informe.

Para elevar los ratios en I+D, el investigador Luis Moreno plantea dos alternativas. La primera, potenciar un cambio en el tejido productivo de forma constante hacia sectores digitales y basados en el conocimiento, que enriquezcan a toda la economía, también a las actividades más tradicionales; y la segunda, «modernizar nuestros sectores más característicos, impulsando la innovación en base a nuevas tecnologías, como la Inteligencia Artificial, el Big Data o el Internet de las Cosas, para aumentar su competitividad».

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