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¿Solo un 1% de accidentes graves?

Los sindicatos denuncian la falta de criterios objetivos para determinar la clasificación de los siniestros que sufren los trabajadores

¿Solo un 1% de accidentes graves?

Los datos de siniestralidad laboral de la provincia no van por buen camino. Tras desplomarse al inicio de la crisis, debido a la paralización del sector de la construcción que siguió al estallido de la burbuja inmobiliaria, el número de accidentes que sufren los trabajadores alicantinos no ha dejado de crecer en los últimos siete años. Y las cifras de este 2019 tampoco indican nada bueno.

De acuerdo con el balance del primer semestre que ha publicado el Ministerio Trabajo, entre enero y junio se registraron en la provincia hasta 9.410 accidentes laborales con baja, 404 más que en el mismo periodo de 2018 o, lo que es lo mismo, un 4,5% más. La parte positiva es que descendió el número de siniestros mortales, que pasó de 13 a 11, pero a cambio se disparó la cifra de accidentes graves, que alcanzaron los 108, un 38,4% más. Unos números que han escandalizado a los sindicatos. Sobre todo porque, según denuncian, la realidad es mucho peor, ya que consideran que las estadísticas no reflejan lo que ocurre. Y es que si se comparan las cifras, los accidentes que revisten cierta gravedad apenas suponen el 1,1% del total.

«No tiene el más mínimo sentido. No es creíble», asegura la secretaria comarcal de UGT en l'Alacantí-La Marina, Yaissel Sánchez. Una crítica que también comparte el responsable de Salud Laboral de CC OO en la zona, Javier Pérez. El problema, según explican, es que la normativa no establece criterios objetivos para determinar cuándo un accidente es leve o grave, por lo que todo queda en manos de la opinión de los facultativos de las mutuas que, según denuncian, reciben todo tipo de presiones por parte de las empresas que, al fin y al cabo, son las que tienen la potestad de renovar o no los contratos con sus empleadores. «Cuando hay un accidente grave la Inspección actúa de oficio y la compañía entra los planes de actuación preferente y no les interesa», insiste Sánchez.

«Yo he visto amputaciones de falanges y fracturas abiertas que se han catalogado como leves», señala también el técnico de Salud Laboral de UGT, Juan Francisco Richarte. A su juicio, no sería tan complicado crear unas directrices claras basándose, por ejemplo, en los días de baja iniciales que los sistemas de Seguridad Social ya establecen para cada tipo de enfermedad o lesión. En la misma línea, recuerda que uno de los pocos estudios que se han hecho al respecto, el que elaboró el Instituto Navarro de Salud Laboral en el año 2000, concluyó que la cifra real de accidentes graves era hasta nueve veces superior a la declarada.

La Inspección también quiere

El responsable de la Inspección de Trabajo en la Comunidad Valenciana, Francisco Rogero, reconoce que existe «controversia» acerca de esta cuestión y, sin entrar a valorar si existen o no presiones, o si se producen situaciones irregulares, reconoce que también esta institución lo ha reclamado en más de una ocasión y sería partidaria de que se establecieran criterios objetivos para la catalogación de los accidentes.

En el otro lado, los empresarios rechazan cualquier responsabilidad en este asunto. «Las empresas comunican el accidente y es el facultativo el que hace la valoración», apuntan desde la patronal autonómica CEV. «Decir que las empresas ocultan la gravedad de los accidentes para no entrar en los planes de inspección resulta muy aventurado, en tanto en cuanto ya existen unos criterios que determinan la consideración de la gravedad de los accidentes en uno u otro sentido», insisten desde la organización presidida por Salvador Navarro.

Por su parte, el director gerente de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), Pedro Pablo Sanz, defiende que «no se pueden cuestionar los criterios médicos de los profesionales de las mutuas, que han estudiado en las mismas universidades que cualquier médico de la sanidad pública o privada, y siguen los mismos códigos deontológicos».

Más precariedad, menos preparación de los empleados

UGT y CC OO vinculan el actual aumento de los accidentes laborales al abandono que han sufrido las políticas de prevención pero, también, al aumento de la temporalidad y la elevada rotación de las plantillas, que impiden que los trabajadores reciban la formación adecuada en esta materia. Por el contrario, desde la CEV apuntan que, pese al aumento del número total de siniestros, el índice de incidencia se ha reducido un 8,7%, si se tiene en cuenta el incremento que ha experimentado la cifra total de ocupados, que ha sido mucho mayor. Entre otras cosas, porque ahora la estadística recoge todos los accidentes de los autónomos. Con todo, desde la CEV reconocen que hay que incrementar los esfuerzos para poner freno al alza del número de accidentes graves que se ha producido.

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