El consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez, aseguró ayer que la entidad no repercutirá costes a los clientes particulares mientras el tipo de facilidad de depósito se mantenga en el nivel del 0,5%, al tiempo que adelantó que empezarán a cobrar por los no operativos de grandes clientes. Así lo señaló durante su comparecencia pública con motivo de la presentación de los resultados correspondientes a los primeros nueve meses del ejercicio, periodo durante el cual el banco obtuvo ganancias de 3.732 millones de euros, un 35% menos que el año pasado, debido a la devaluación del fondo de comercio de su filial en el Reino Unido -donde las perspectivas de negocio se han deteriorado por el Brexit- y a los coste de la integración del Popular.

«No veo que con los niveles actuales de los tipos se llegue a cobrar al cliente retail. No lo veo», subrayó el consejero delegado del banco cántabro, afirmación con la que sugiere que no lo descartaría en el caso de que el Banco Central Europeo (BCE) decida volver a rebajar los tipos. Al mismo tiempo, Álvarez remarcó que la entidad ya cobra desde hace tiempo por los depósitos a los clientes institucionales, mientras que reconoció que «probablemente» tendrán que ir ampliando este traslado de costes a los depósitos no operativos de los grandes clientes.

Precisamente, el banquero fue preguntado por este asunto por una analista de Bank of America, en la conferencia que ofrece a los profesionales. «Tenemos más potencial que nuestros competidores para ajustar nuestra oferta, de entre 8 o incluso 10 puntos básicos», subrayó.

Respecto a la segunda nueva oleada de consolidación del sector bancario, el directivo explicó que la entidad no está en este proceso debido a que aún no ha terminado la integración de Banco Popular. «De las fusiones siempre se habla cuando hay presión sobre los resultados, pero nosotros no estamos en eso», remarcó.

Investigación del Popular

Precisamente, el expresidente del Banco Popular Ángel Ron declaró ayer en calidad de investigado en la Audiencia Nacional por las supuestas irregularidades cometidas en la gestión de la entidad y la ampliación de capital que realizó en 2016. Durante su declaración, Ron acusó a su sucesor, Emilio Saracho, de torpedear esta operación, ya que su éxito dependía de la creación de un «banco malo» con los activos tóxicos del Popular que este último, a su juicio, nunca tuvo intención de ejecutar.