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Las grandes fortunas alicantinas ganan hasta un 12% este año con sus sicav

La mejora de los mercados permite a los empresarios dejar atrás las pérdidas que tuvieron el año pasado con sus inversiones. Los propietarios de Gioseppo acumulan la mayor rentabilidad y el promotor Ramón Salvador es el único que sigue en negativo

Tras el batacazo que sufrieron el año pasado, debido al desplome de los mercados en el último trimestre, la mayoría de las sicavs de las grandes fortunas alicantinas han logrado recuperar la senda de la rentabilidad en 2019, impulsados por la mejora que experimentaron las Bolsas, sobre todo en la primera mitad del ejercicio. Una mejora que, en el caso de la familia Navarro Pertusa -los que más provecho han sabido sacar de esta situación- ha supuesto una rentabilidad acumulada de más del 12% hasta el tercer trimestre, de acuerdo con los balances que ha depositado en la Comisión Nacional Mercado de Valores la sociedad Tabaya Inversiones, de la que son propietarios. Los fundadores de Goldcar y actuales accionistas de Aligrupo, Juan y Pedro Alcaraz, consiguen casi un 8% con otra de sus firmas, y los Albero Valls rozan el 10% con Inversiones Midmar, por citar otros ejemplos destacables.

Por el contrario, el polémico promotor Ramón Salvador es el único de los empresarios locales que utiliza este tipo de compañías que no ha logrado darle la vuelta a los números rojos, y acumula nuevas pérdidas en las dos firmas que maneja, Alicante Capital e Inversiones Coridith.

A pesar de la mala fama que acompaña a estas sociedades, las sicav siguen siendo uno de los instrumentos preferidos por los más pudientes para canalizar sus inversiones debido a su ventajosa fiscalidad, que únicamente obliga a tributar un 1% por las ganancias obtenidas, mientras no se retire el dinero. Una ventaja considerable para quienes manejan millones de euros de patrimonio personal y no desean que Hacienda les pegue un buen bocado cada vez que mejoran sus posiciones. Aún así, en los últimos años también hay empresarios que han decidido clausurar o diluir su presencia en este tipo de sociedades, como los propietarios de Pikolinos o los de Panama Jack, ya sea por cuestión de imagen o por las constantes amenazas de cambios regulatorios, que nunca acaban de cumplirse.

Sea como fuere, lo que no ha cambiado, de momento, son los perfiles de inversión por los que apuestan las sicav alicantinas. La inmensa mayoría sigue volcada en los mercados exteriores frente a la Bolsa y la renta fija nacional, y casi todos canalizan la mayor parte de sus activos a través de participaciones en fondos de inversión. Una estrategia que parece acertada ya que son quienes se alejan de esta media los que logran los peores resultados.

Los Alcaraz suman 127,7 millones

De todas las sicav que controlan los empresarios de la provincia, sin duda, las más destacadas son las dos sociedades de Juan y Pedro Alcaraz, que al cierre de septiembre acumulaban un patrimonio conjunto de 127,7 millones de euros, según la documentación en poder de la CNMV. La mayor de ellas es Marjami 2, con unos fondos de 64,8 millones de euros, y también la más rentable, con un 7,96% de enero a septiembre, que contrasta con el 5,6% que perdió el año pasado. Más moderadas fueron las ganancias de Inversiones Financieras Jupedal, que aún así anotó un 4,7% y cerró el trimestre con 62,9 millones de euros de patrimonio. En ambos casos, los Alcaraz destinan alrededor del 80% de su capital a los mercados exteriores y concentran la mayoría del capital en participaciones en fondos de las principales gestoras internacionales, como UBS, JP Morgan, Pimco o BlackRock, por citar a las más destacadas. De sus inversiones directas, su principal apuesta en la Bolsa española es Inditex, mientras que la tecnológica Alphabet -la matriz de Google- o multinacionales como Procter & Gamble forman parte de su cartera internacional, nombres que se repiten en el portfolio de muchas de estas sicav.

Un esquema bastante similar al que siguen también las sociedades vinculadas a la familia Navarro Pertusa, los propietarios de la firma de calzado Gioseppo, con resultados incluso mejores que los anteriores, como ya se ha comentado. Así, la sicav Nice Day, que preside el patriarca de la familia, José Navarro Pomares, acumuló una rentabilidad del 7,32% en los tres primeros trimestres del año, destinando el 78% del capital a los mercados exteriores y hasta un 74% a fondos de inversión. Su patrimonio ascendía el pasado mes de septiembre a 6,2 millones.

Por su parte, la otra sicav del clan, Tabaya Inversiones, que encabeza Germán Navarro Pertusa, logró un aumento del 12,19%, que le permitió resarcirse sobradamente de las pérdidas del ejercicio anterior. Una rentabilidad excepcional, sobre todo si se compara con los depósitos bancarios, que ya no ofrecen prácticamente nada, e, incluso, con la media de los fondos de inversión nacionales, que gracias a la mejora de las Bolsas cerraron septiembre con una rentabilidad acumulada del 5,3% desde el arranque del año.

En la misma línea, la familia de industriales de Ibi Albero Valls se anotó hasta un 9,73% con Inversiones Midmar, que cuenta con un patrimonio de 3,1 millones de euros, a pesar de que destina a renta fija -bonos de Orange, Repsol o Societe Generale- un mayor porcentaje de lo habitual en este tipo de carteras. La otra sicav de la familia, Panicarmat Capital, tampoco lo hizo nada mal, con unas ganancias acumuladas del 7,73%, lo que dejó su volumen total de fondos en 3,8 millones. En este caso llama la atención el importante porcentaje que mantiene la sociedad en tesorería, es decir, sin invertir: hasta un 16% de todos sus fondos. Unas cifras que han sido habituales en los últimos años en este tipo de vehículos, ante la inestabilidad que han mostrado los mercados y la falta de alternativas más seguras, que ofrecieran una rentabilidad aceptable.

Cara y cruz para los Miñano

Una de las situaciones más llamativas es la que se produce con las sociedades vinculadas a la familia de Luis Miñano, fundador de la compañía de helicópteros Inaer, actualmente integrada en el grupo británico Babcock, por la disparidad de sus resultados. Mientras que Hermigo Investment, que preside el propio empresario, ganó un 9,5%; Drip Inver, donde son otros miembros de la familia los que aparecen en el consejo, apenas logró un 0,57%. La diferencia está en que la primera destina la totalidad de su capital -de 2,8 millones- a fondos de inversión, mientras que la segunda, con 3,5 millones en sus cuentas, dedica casi un tercio a renta fija y otro porcentaje también significativo, superior al 20%, a la compra directa de acciones.

Una alternativa que tampoco le ha resultado demasiado rentable al ilicitano Gaspar Serrano Aznar, de la familia fundadora de Hormigones Los Serranos, que logra un resultado muy modesto, en comparación con los anteriores, en las tres sicav que controla. En concreto, el empresario obtiene un 1,39% con Cisevi Inversiones, un 1,02% con Azsevi Inveriones y un mínimo 0,07% con Marvikum. El motivo no es otro que su apuesta mayoritaria por la Bolsa nacional, que ha tenido un peor comportamiento que la mayoría de europeas o que la americana. Además, en todos los casos, Serrano Aznar opta por la compra directa de valores sin pasar por el filtro de los fondos de inversión. En cualquier caso, a pesar de su escaso rendimiento, cabe señalar que, entre las tres sociedades, la familia ilicitana acumula una fortuna de casi 20 millones de euros.

Bastante mejor lo hizo en los primeros nueve meses del año Salvia de Inversiones, el vehículo que utiliza para gestionar su patrimonio el presidente de Confectionary Holding, José Manuel Sirvent. El responsable de marcas de turrón tan reconocidas como El Lobo o 1880 acabó septiembre con 5,5 millones en su sicav, tras alcanzar una rentabilidad del 4,9%, con un 85% de su capital destinado a inversiones financieras en el exterior, según los informes remitidos a la CNMV.

En una situación intermedia se sitúan las dos sociedades de los Giménez Ganga, la familia propietaria de la fábrica de persianas y cerramientos homónima de Sax, que suman un importe conjunto de 12 millones de euros. La primera de ellas, Jebasa Capital, anota ganancias del 3,6%; mientras que la segunda, Finhegim, ganó un relativamente modesto 1,55%. No obstante, en este caso cabe destacar que ambas sociedades fueron de las que mejor comportamiento registraron el año anterior, en el que se libraron de las abultadas pérdidas que sufrieron las carteras de la mayoría de grandes fortunas alicantinas. De hecho, Jebasa fue una de las pocas que cerró el año en positivo, por su apuesta mayoritaria por la renta fija.

Cuotas de la CAM

Pocas o muchas, lo cierto es que este año casi todas las sicav de las grandes fortunas alicantinas tienen ganancias. La excepción la pone el promotor ilicitano Ramón Salvador, conocido por haber sido investigado en diversos casos de supuesta corrupción y por su relaciones con el Banco de Valencia y Bancaja. Las dos sicav que conserva -llegó a tener cinco, hasta que en 2014 liquidó tres de ellas- registraron números rojos hasta el pasado mes de septiembre.

En concreto, Inversiones Coridith perdió un 1,06%, lo que dejó su valor en 1,77 millones de euros, mientras que Alicante Capital retrocedió un 0,69%, por lo que cerró septiembre también con 1,77 millones de euros. Ambas sociedades llevan en rentabilidad negativa desde el año 2017 y, como anécdota, cabe destacar que todavía incluye entre sus inversiones las cuotas participativas de la desaparecida CAM, eso sí, como no podía ser de otra forma, registradas con un valor de cero euros.

Así funcionan: Un inversor real y 99 «mariachis»

Así funcionan: Un inversor real y 99 «mariachis»La mala imagen de las sicav procede de su baja fiscalidad, que permite que sólo haya que pagar un 1% de sus beneficios mientras no se retiren los fondos. En realidad, es lo mismo que ocurre con los fondos de inversión, pero con una diferencia sustancial. Quien invierte en fondos no puede controlar exactamente qué harán los gestores con el dinero, más allá de líneas genéricas, como si es un fondo de renta variable, fija o mixta, por ejemplo. En el caso de las sicav, si son los partícipes/ accionistas los que controlan las inversiones que realizan. Así, por ejemplo, un empresario puede comprarse una casa a través de una de estas sociedades y luego revenderla con beneficio, ahorrándose mucho dinero. Para evitar que se utilice con este tipo de finalidad, la legislación exige que haya una cifra mínima de inversores, que en España es de un centenar. Sin embargo, no establece un máximo de participación de cada uno de estos inversores, por lo que normalmente suele haber un empresario que controla la inmensa mayoría del capital -normalmente más de un 90%- mientras que el resto son meros acompañantes cuya misión, muchas veces, es simplemente la de cumplir esta exigencia legal. Es lo que en el argot se conoce como «mariachis». Desde hace años los partidos de izquierdas quieren modificar su tributación pero, hasta la fecha, no se ha aprobado.

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