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El riesgo de jubilarse sin vivienda

El mercado inmobiliario está imposible para los jóvenes, pero los expertos alertan del peligro de llegar a la jubilación sin una casa en propiedad por la bajada de las pensiones

El riesgo de jubilarse sin vivienda

El difícil acceso a la vivienda por parte de la población más joven es uno de los problemas más relevantes del mercado inmobiliario que continúa sin solventarse. El incremento del precio del suelo, su escasez, los costes de la construcción y la imposibilidad de tener ahorrado el 30 % de entrada (que supone entre 30.000 y 60.000 euros) son los principales factores que limitan la compra, según advierte la consultora CBRE. La cuestión es qué va a pasar con las personas que lleguen a la jubilación sin tener una casa en propiedad. La pensión de jubilación media en la Comunitat Valenciana es de 1.044,34 euros y el alquiler medio cuesta 750 euros. Estas cifras implican que un jubilado tiene que destinar el 71,8 % de su pensión a pagar la rentay debe subsistir el resto del mes con menos de 300 euros. Los expertos advierten de que esta situación se va a agravar en los próximos años porque las pensiones van a menguar y el precio del alquiler continuará subiendo.

Un estudio «optimista» de la empresa valenciana Vivendea apunta que la pensión de jubilación en València se situará en 2050 en 1.761 euros y el alquiler en 1.393 euros (lo que implica que los jubilados que no sean propietarios deberán destinar el 79,08 % de sus recursos a pagar a su casero). Un análisis de Pisos.com añade que si hoy en día se llega a la jubilación sin haber terminado de pagar la vivienda, las cuotas hipotecarias suponen de media el 54 % de la pensión de jubilación (la cuota hipotecaria media es de 593 euros).

A raíz de estos porcentajes, Ferran Font, director de Estudios de Pisos.com, alerta de que «si la mayoría de los pensionistas de España no tuviera su casa ya pagada, este sector de la población sería muy vulnerable y tendría un grave problema». El experto incide en que «esta relación desproporcionada, sobre todo en el mercado del alquiler, puede generalizase en un futuro si no se fomenta el acceso a la vivienda bajo unas condiciones de precio y financiación razonables. Además, los jubilados de mañana no tienen segura su pensión por lo que ser propietario de un activo inmobiliario puede marcar la diferencia». El problema es generalizado en toda España, aunque se agrava en las comunidades «más ricas» porque los precios de los alquileres son más altos. Salvo en Galicia y Extremadura, la pensión media en España supera los 1.000 euros. Los jubilados de Baleares deben destinar el 136 % de su pensión a pagar el alquiler, los madrileños el 133 % y los catalanes el 107 %.

Antonio Olmedo, presidente de la Asociación de Promotoras de Valencia (Aprova), insiste en que la compra de una vivienda «es un plan de pensiones». «La vivienda en propiedad tiene dos componentes, el uso y el ahorro. Históricamente un inmueble tiende a la revalorización. Lo que pasó entre 2006 y 2010 no es normal. Los precios de los alquileres se hundieron entre 2010 y 2014, pero ahora se han disparado por los alojamientos turísticos». La variación del coste de los alquileres es una de las claves del problema, según los expertos, porque los inquilinos no pueden controlar esa variable.

Sergio López, CEO de la startup Vivendea (plataforma online que estudia la demanda de vivienda de obra nueva y ajusta la oferta a la misma), alerta de que es imprudente llegar a la jubilación sin una casa en propiedad. «Los expertos prevén que en 2050 las pensiones serán un 35 % más bajas que ahora. Hay un doble debate sobre si pagar un alquiler es tirar el dinero o te da libertad. Es algo más serio. El problema es la gente que no puede comprar porque no tiene ahorrado el dinero de la entrada. Para comprar una vivienda tienes que tener ahorrado un 30 %. Una casa de obra nueva en València cuesta unos 200.000 euros, eso implica que debes tener ahorrado 60.000 euros», apunta López. Las personas que apuestan por comprar una vivienda de segunda mando tampoco lo tienen fácil. Vicente Díez, portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Valencia, asegura que en València es muy complicado comprar una vivienda con ascensor por menos de 80.000 euros. «En València puedes encontrar algún piso por 35.000 euros, pero son casas sin ascensor, en muy malas condiciones y en un edificio marginal. Son sitios donde nadie quiere ir a vivir y que están en zonas como el barrio de La Fuensanta o las Casitas Rosas en la Malva-rosa. Por 50.000 euros se puede encontrar algo sin ascensor, pero hay gente que no tiene ni mil euros ahorrados. En España los sueldos son muy bajos y no hay capacidad de ahorro», lamenta. Los pocos inmuebles de 80.000 euros disponibles en el mercado están en zonas como l'Olivereta o la avenida del Cid.

Parque público de viviendas

El portavoz de los API incide en que una posible solución es el aumento del parque de vivienda pública. Según precisa un informe de la consultora CBRE, el 23 % de los españoles vive en una vivienda de alquiler. «Ese porcentaje se va a incrementar porque los bancos no conceden financiación a los colectivos con más dificultades. Necesitamos un parque de vivienda de alquiler público amplio para que se moderen los precios. El parque de vivienda pública en la Comunitat Valenciana es del 1,5 % cuando en Europa es del 10 %», destaca Vicente Díez. El portavoz de los API incide en que los alquileres de ochocientos euros solo se pueden afrontar con dos sueldos o con dos pensiones. «Es complicado. Hay familias tan desesperadas que están intentando comprar por 45.000 euros un local comercial para reformarlo como vivienda. El problema es que legalmente no se puede», advierte.

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