Aunque se le sigue colgando la etiqueta de promotor o constructor, lo cierto es que, a día de hoy, Enrique Ortiz gana más dinero con las contratas públicas o con los negocios que tiene en sectores como el de las residencias para la tercera edad, que con sus inversiones en el sector inmobiliario propiamente dicho. De hecho, la mayoría de sociedades que posee vinculadas al ladrillo siguen en números rojos, pese a la recuperación que ha experimentado este sector. Al menos así se deduce de las cuentas que acaba de depositar en el Registro Mercantil la sociedad Grupo Cívica, Construcciones y Servicios del Mediterráneo SL, que ejerce como cabecera del conglomerado que agrupa a las principales compañías propiedad del polémico empresario. Unos balances que, por primera vez, aparecen ya firmados por sus hijos -Laura, Enrique y Elena Ortiz Carratalá-, como consejeros delegados mancomunados, tras el traspaso oficial de poderes que Ortiz ha llevado a cabo en los últimos meses con la intención de retirarse de la primera línea.

Aunque se trata de cuentas individuales, es decir, que no permiten conocer la facturación conjunta de todo el grupo o su beneficio global, las cuentas de esta sociedad sí incorporan los resultados del pasado ejercicio de las distintas ramas de actividad o firmas que forman parte del mismo. Como ya ocurrió el año pasado, entre todas ellas destaca Cívica Construcciones y Contratas SL, que se mantiene como la más rentable de todas ellas y, además, logra mejorar sus beneficios desde los 3,6 hasta los 3,8 millones de euros. Se trata de la compañía que incorpora la participación del 33% que Ortiz tiene en la concesionaria de la recogida de basuras y la limpieza de la ciudad de Alicante, un negocio que comparte con FCC y Ferrovial, y que representa la auténtica joya de la corona del grupo.

Residencias y parkings

También se anota unas ganancias considerables Cívica Servicios y Medio Ambiente, aunque en este caso no logra repetir los resultados del año precedente. Así, frente a los 2,4 millones de beneficios que contabilizó esta división en 2017, el año pasado se conformó con 1,6 millones. Esta filial es la que incluye el 42,5% del accionariado que Ortiz posee en Gerocentros del Mediterráneo, la cadena de residencias para la tercera edad impulsada por la familia Cotino; o las distintas sociedades con las que explota diversos aparcamientos públicos en varias ciudades, como el de Alfonso El Sabio, en Alicante. No obstante, esta filial también tiene algún negocio ruinoso, como el porcentaje que retiene de la mercantil Marina de Poniente, la fracasada gestora del centro de ocio Panoramis, cuya explotación ha conseguido ahora Juan Carlos Ramírez, muy próximo a Ortiz.

Entre los pocos negocios vinculados al ladrillo que registran beneficios dentro de Cívica se encuentra Tizor Hormigones y Asfaltos, que ganó 350.050 euros el año pasado, tras prácticamente duplicar su cifra de ventas. Por el contrario, la compañía que dio origen al grupo, Enrique Ortiz e Hijos SA, continúa en números rojos, aunque menos abultados que en el ejercicio anterior. En concreto, si en 2017 perdía 11,8 millones, el año pasado redujo los números rojos hasta los 6,2 millones. También perdieron dinero Obras Asfálticas y Construcciones, en concreto 519.741 euros; Gestizor, 41.478 euros; y Cívica Desarrollo y Gestión de Suelo, que anotó 1,8 millones de déficit, según las mismas fuentes.