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En positivo

Alicante, una provincia vertebrada y unida

Alicante, una provincia vertebrada y unida

Alicante es una provincia vertebrada en lo territorial, cohesionada en lo social e integrada en lo económico. Si esto fuera una afirmación, ésta podría generar opiniones encontradas, unas favorables y otras críticas.

Pero, realmente, ¿Alicante es una provincia que tiene capacidades para dar valor a sus recursos característicos y transformarlos en activos de prosperidad territorial, bienestar social, crecimiento económico, progreso personal y calidad de vida?

La principal característica y riqueza de la provincia de Alicante es su «diversidad» territorial, ambiental, social, cultural, demográfica y económica. Nuestras nueve comarcas integran a 140 municipios con una población total de 1.838.819 habitantes (con un mínimo de 53 personas en la localidad de Famorca y un máximo de 331.577 en Alicante), existiendo un sistema de ciudades multipolar y con una alta especialización económica.

La provincia tiene una localización geográfica estratégica, en uno de los ejes de desarrollo más importante de Europa, el Arco Mediterráneo. Es un territorio diverso con unas áreas bien diferenciadas (litoral, montaña, valle, vega) que tiene un rico patrimonio natural, bienes y recursos fuente de diversidad biológica y geológica, con un valor relevante de carácter medioambiental, paisajístico, científico y cultural.

La estructura económica está muy diversificada y localizada en determinadas poblaciones y comarcas, destacan la agricultura, el comercio, la construcción, la industria, el turismo y los servicios. Existe un sector empresarial muy dinámico y emprendedor, un sistema educativo de alto nivel liderado por las universidades de Alicante y Elche, un ecosistema innovador potente, y una mano de obra cualificada y especializada.

La provincia se caracteriza por su diversidad y pluralismo cultural, muy vinculados a la diversidad demográfica resultado de ser una tierra de acogida de personas procedentes de otras regiones españolas y de otros países. Este dinamismo cultural favorece la cohesión social, la creatividad personal, la actividad empresarial y el crecimiento económico.

La diversidad social incluye una clase media que está perdiendo peso en la sociedad alicantina, como consecuencia de la merma de ingresos que están percibiendo sus integrantes, y la existencia de unos colectivos de personas vulnerables que necesitan apoyo para satisfacer sus necesidades básicas y vitales.

La provincia de Alicante tiene un nivel de infraestructuras, equipamientos y servicios públicos que requiere un alto nivel de inversiones para ser completado y para ser mantenido en unas adecuadas condiciones de calidad. Proyectos inversores que dependen de administraciones y organismos públicos que no tienen en cuenta la posición, importancia y necesidades de nuestra provincia a la hora de elaborar sus presupuestos y ejecutarlos. Estamos infrafinanciados y marginados en muchos aspectos y esto afecta notablemente a nuestras posibilidades de desarrollo.

Infraestructuras, equipamientos y servicios necesarios para dejar de pasar vergüenza (red ferroviaria de cercanías obsoleta y tercermundista; carreteras incompletas, saturadas y atascadas; sistema educativo y formativo totalmente ineficaz; administraciones públicas mal gestionadas, etc.) y para afrontar con éxito los retos de futuro de nuestra provincia: la sostenibilidad territorial, social y económica, la acción decidida por el clima, el equilibrio entre lo urbano y lo rural, la modernización de los sectores económicos, el desarrollo de la nueva economía, el uso de las nuevas tecnologías en beneficio de las personas, etc.

Para vertebrar y unir nuestra provincia:

- NO hace falta consumir más tiempo en pensar lo que necesitamos, lo que deseamos y lo que queremos conseguir para que la provincia de Alicante sea capaz de convertir sus relevantes recursos en activos de progreso y calidad de vida; establecer una estrategia conjunta para hacer frente a los importantes retos económicos, ambientales, climáticos, demográficos y sociales que le afectan; y adoptar medidas para solucionar los problemas, desequilibrios y vulnerabilidades que la caracterizan. Sobra «reflexión» y falta acción.

- NO hace falta encargar la redacción de un nuevo plan estratégico sobre nuestra provincia para conocerla, para saber cuáles son sus debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. Sobra «análisis» y falta acción.

- NO hace falta más debate ideológico y político sobre lo que hay que hacer para mejorar nuestra provincia y progresar. NO hacen falta más trabajos para diagnosticar lo que nos ocurre y proponer líneas de actuación. Sobra «discusión» y falta acción.

- NO hace falta que nadie nos imponga su visión de futuro sobre nuestra provincia, ni las medidas a adoptar, sin nuestra participación, implicación, colaboración y cooperación, ni con sus ideas ni con sus políticas. Sobra «dirigismo» y falta acción.

- NO hace falta seguir «reclamando» constantemente lo que es lógico que nos corresponde en materia de inversiones y financiación. Sobra «reivindicación» y falta acción.

Para vertebrar y unir nuestra provincia:

- Solo hace falta unidad de acción a corto plazo por parte de todos los dirigentes y agentes provinciales y de la sociedad civil alicantina: Generalitat Valenciana, Diputación de Alicante, ayuntamientos, universidades, organizaciones empresariales, sindicatos, colegios profesionales, asociaciones y colectivos de todo tipo.

- Y para impulsar esa unidad de acción voy a realizar una propuesta concreta y EN POSITIVO: Que las entidades que quieran liderar el desarrollo provincial convoquen en 2020 una cumbre que podría denominarse algo así como «Alicante 2020-2030. Una provincia vertebrada y unida», con la finalidad de conseguir un claro compromiso en la acción para hacer frente a una nueva «década prodigiosa» con notables cambios que se están manifestando en todos los ámbitos de nuestras vidas.

De esta forma, todo lo que sobre la provincia de Alicante ya se ha reflexionado, debatido, diagnosticado, analizado y reivindicado se podrá actualizar con una clara orientación a la acción a corto plazo y con un horizonte próximo, el año 2030, con una voluntad manifiesta de establecer las prioridades y líneas estratégicas de actuación y con un compromiso expreso de adoptar medidas para la consecución de resultados evidentes que mejoren la vertebración territorial, la cohesión social, el desarrollo económico, la creación de empleo decente y la calidad de vida.

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