La celebración del referéndum independentista en Cataluña el 1 de octubre de 2017 propició el aumento del cambio de domicilio social de muchas empresas hacia otros territorios con el fin de evitar la situación de incertidumbre política y económica generada por el «procés». Al margen de la capital de España, la Comunidad Valenciana ha sido una de las zonas que ha registrado más entradas de compañías catalanas en el último año. En total, han sido 144 las que han cambiado su sede a la autonomía, de las que 62 se han decidido por Alicante, al igual que por Valencia y 20 por Castellón, según los últimos datos del Colegio de Registradores del mes de diciembre.

La «fuga» de empresas catalanas fue más intensa en el primer año desde que se produjo el desafío independentista y se ha ido ralentizando en el último ejercicio, además de que también se ha producido el regreso de algunas compañías a Cataluña, según distintas fuentes empresariales. No obstante, desde octubre de 2017 la Comunidad ha registrado ya el traslado de domicilio social de 563 empresas catalanas a su territorio, de las que 298 lo han inscrito en Valencia, 158 en la provincia y 107 en Castellón. El caso más significativo en Alicante fue el traslado de la sede social de Banco de Sabadell, que pocos días después del referéndum independentista decidió este cambio a la provincia, concretamente a la calle Óscar Esplá de la capital. Y en Valencia, el de CaixaBank. Además de estas dos grandes entidades financieras, también han realizado «mudanza» de sede a la autonomía y a la provincia mercantiles de distinto tamaño y sectores.

Los empresarios creen que el traslado va a seguir produciéndose mientras no se resuelva la crisis catalana, una de las principales preocupaciones en España y la que más está tensionando la política nacional.

Incertidumbre

De hecho, la situación no ha rebajado el nivel de incertidumbre para el mundo de los negocios, «que necesita estabilidad política y seguridad jurídica», según reiteraba Salvador Navarro, mandatario de la patronal autonómica CEV, quien añadía que la inestabilidad «siempre genera miedo y desconfianza». Y con este escenario, las empresas no suelen tomar decisiones de este tipo a corto plazo, sino que lo hacen con una visión más larga en el tiempo. También Perfecto Palacio, presidente de la CEV en Alicante, apuntaba que «la "fuga" de compañías vivida por Cataluña demuestra la rapidez con la que se pierde la confianza (empresarial) y las dificultades que supone recuperarla».

Aunque los empresarios lamentan las causas que están provocando estas decisiones empresariales, si estos traslados se están produciendo, «es mejor que vengan a la Comunidad que a otras zonas», resaltaba Navarro. El dirigente empresarial alicantino, por su parte, incidía en que estos cambios de sedes hacia la provincia significan que Alicante es tenida en cuenta por inversores y grandes empresas como punto de referencia. Y en este sentido, advertía de que Alicante «debe hacer valer más sus ventajas competitivas». Palacio señalaba que «si hay empresas que antes miraban a Cataluña y ahora ven que no es recomendable para ellas, tenemos que hacer que se fijen en nuestro territorio para atraer más inversiones y talento».

El hecho de que en Alicante se haya conformado en los últimos años un ecosistema tecnológico, con la implantación del Distrito Digital, además del núcleo de empresas de la nueva economía surgidas en la propia provincia y que se agrupan en torno a la asociación AlicanTec, y de «que Alicante haya sido elegida recientemente para albergar la primera de las sedes de la red europea de Inteligencia Artificial, puede actuar como incentivo para que otras firmas se interesen por hacer negocios aquí», destacaba Perfecto Palacio.

También llegan desde Madrid

Por otra parte, al margen de empresas catalanas, la Comunidad también es receptora del cambio de sedes sociales de compañías de otras zonas. Según el último informe de la consultora Informa D&B, la autonomía registró hasta septiembre pasado 329 salidas de este tipo y 367 entradas. Estas últimas provenientes, fundamentalmente, de Madrid, Cataluña, Murcia, Castilla-La Mancha y Andalucía.

«¿Hay suelo para acoger macrocentros de oficinas empresariales?»

«¿Habría suelo para albergar un centro administrativo (oficinas) de una empresa de más de 2.000 empleados en la Comunidad?» Esta es una pregunta que asalta a dirigentes empresariales ante los traslados del domicilio social de compañías catalanas a la autonomía. El presidente de la CEV, Salvador Navarro, cree que podría suponer un problema, si en un momento determinado una gran empresa decide no sólo trasladar su sede, sino el centro de oficinas y no hay terrenos. Navarro señala que en caso de que sean centros de fabricación, sí habría suelo en los polígonos industriales.