Juan Fornés Fornés SA, la firma de Pedreguer que opera bajo las enseñas Supermercados Masymas y Fornés by Masymas, consiguió incrementar el año pasado un 2,4% sus ingresos, a pesar del recorte que sufrió su red por el cierre de varias tiendas que la cadena consideraba desfasadas. Así lo señalaron ayer desde la compañía que, por primera vez, superó el año pasado los 300 millones en volumen de ventas, una cantidad que incluye el IVA, que no suele contabilizarse en la cifra de negocios de las compañías.

En concreto, la mercantil sumó 302 millones de euros frente a los 295 millones que contabilizó en 2018. Un aumento que, como se apuntaba, se produjo a pesar del recorte de la red, en concreto, del cierre de tres supermercados que ya no se ajustaban al modelo empresarial que quiere impulsar la compañía, según explicaron desde la cadena, que cuenta con unos 130 establecimientos.

En este sentido, la compañía de la familia Fornés ha iniciado un ambicioso plan de renovación de tiendas para adaptarlas a los nuevos gustos de los consumidores y hacerlas más eficientes y ecológicas. Así, entre las reformas y la preparación de las nueva aperturas que tiene previstas para este año -en total quiere poner en marcha tres nuevos puntos de venta en Alicante y Murcia- la firma invirtió el año pasado unos nueve millones de euros. Una cantidad que piensa incrementar en este 2020 hasta los 15 millones de euros para continuar con la actualización de la red -prevé tres reformas, además de las nuevas incorporaciones-, que tan buenos resultados le está dando. Tanto es así que la cadena espera alcanzar en 2020 los 310 millones de euros de facturación, así como incrementar su plantilla hasta situarla en algo más de 2.600 empleados.

Nuevo modelo de tienda

En cuanto a las características del nuevo modelo de tiendas de Masymas, la compañía ha apostado por incrementar la superficie de la sala de ventas hasta situarla en el entorno de los 1.200 metros cuadrados, lo que permite dotar de mayor espacio a todas las secciones de frescos atendidas en mostrador -uno de los rasgos con los que quiere diferenciarse de la competencia-, además de incorporar la nueva sección de cocina, en la que preparan comida para llevar, un negocio en auge y por el que también han empezado a apostar otras cadenas.

Además, los nuevos supermercados incorporar mejoras desde el punto de vista de la eficiencia y la sostenibilidad, que permiten reducir hasta en un 30% el gasto energético con respecto al de una tienda tradicional. Entre esas medidas destacan el aislamiento de la envolvente del edificio, el uso de tecnología LED en iluminación o la instalación de congeladores y murales de frío con puertas con el fin de evitar pérdidas energéticas. En este momento, la cadena de Pedreguer ya cuenta con una docena de establecimientos adaptados a este nuevo modelo.