Este año se celebra el Día Mundial del Agua, y el sexcentenario de la redacción de la carta del Concejo de la Villa de Elche, destinada a los juzgados de Villena, con el objeto de traer agua del Júcar. Y este año, nuestro país vive bajo el temor de pandemia en una «España confinada», donde nuestros ciudadanos sobreviven recluidos en sus casas, valorando la salud y los alimentos del campo.

Unos alimentos sólo posibles por el trabajo del sector del regadío, que posee no sólo valor estratégico, sino también defensa del medio ambiente.

En Elche, la S.A.T. San Enrique, entidad de la que soy presidente, espera la llegada de la realización de un Trasvase Júcar-Vinalopó, desde hace 600 años. Y seguimos esperando.

Ángel Urbina Olarte, Presidente de la S. A. T. «San Enrique»

Un territorio puede subsistir un mes, o dos, sin coches o sin fábricas. Pero, con el cierre de las fronteras, la sociedad española no puede sobrevivir sin los frutos del campo. Por ello, pedimos al Estado la revisión de la posibilidad de la creación y activación de los Planes Hidrológicos por un agua de calidad y barata, desde una visión real; apartando ideologías, y centrándose en la salud de las personas, y en la dignidad del agricultor.