El helado artesano se enfrenta a su temporada más incierta, al igual que otros muchos sectores, por la crisis del coronavirus. La temporada empezaba oficialmente el pasado 19 de marzo, aunque el grueso del negocio se genera en verano. Por ello confían en que para entonces se haya vuelto a una relativa normalidad que permita "salvar los muebles". Mientras, algunos negocios han optado por poner en marcha un servicio a domicilio para dar salida al género y tener un pequeño ingreso con el que cubrir algunos de sus numerosos gastos.

El presidente de la Asociación Nacional de Heladeros Artesanos (Anhcea), Marco Miquel, explica que "algunas heladerías han optado por poner en marcha el servicio a domicilio. De momento son pocos, y el resto estamos a la expectativa a ver cómo funciona. Para ello la asociación ha elaborado una guía con recomendaciones higiénicas para el cierre, servicio a domicilio y para cuando se permita la reapertura de los negocios". El dirigente heladero, que a su vez preside Artglace, la partronal europea del sector, recuerda que "no es lo mismo un servicio a domicilio en un pueblo que en una capital. En un pueblo a priori es siempre más difícil poner en marcha un servicio así de reparto, mientras que en una capital puede haber más demanda".

Por ello, explica que están en contacto con sus socios para ver cómo evoluciona esta experiencia y su rentabilidad, aunque destaca que "son ideas que no hay descartar, pero no son más que tiritas. Si funciona lo hará más gente, pero no va a servir para salvar la campaña". Además, señala que firmas de helado industrial también están poniendo en marcha este servicio a domicilio, aunque encareciendo en un 25 o 30% el producto final, por lo que no está muy claro al final que eso vaya a funcionar cuando "en la heladería artesana miramos céntimo a céntimos el coste del producto".

Marco confía en que a partir de dentro de un mes se empiece a regresar progresivamente a una normalidad que permita ir reabriendo los centenares de negocios que los heladeros artesanos, que tienen su sede en Xixona, disponen por toda la geografía nacional. Pero también la incerteza es máxima. "No sabemos qué medidas habrá que tomar después, limitaciones de aforo, distancia entre las mesas€". De cualquier forma confía en que "la gente tendrá ganas de salir después de tanto tiempo confinada. Eso sí, no esperamos que haya grandes desplazamientos externos, por lo que dependeremos mucho del turismo nacional y sobre todo de las segundas residencias, las ciudades con ese tipo de turismo tendrán ventaja".

Por todo ello concluye señalando que "esta temporada es para salvar los muebles, no para hacer negocio. Estamos a la espera de que nos lleguen las ayudas del Gobierno, y esperamos que en verano, cuando realmente tenemos lo importante, haya relativa normalidad. Las Fallas y la Semana Santa ya las hemos perdido, pero son fechas en las que principalmente logramos 'cash' para la compra de cara a la campaña de verano. Nuestras expectativas son bajas, lo que hay que salvar en la campaña como podamos".

Experiencia a domicilios

Una de las heladerías artesanas que han optado por el servicio a domicilio es Gelats Guti-Antiu Xixona, ubicada en la cuna del turrón y el helado. Pablo Gutiérrez explica que "somos un negocio familiar. Estamos mi padre, yo y mi hermana. La empleada que teníamos la hemos tenido que despedir. Al día siguiente de declararse el estado de alarma empezamos con el servicio a domicilio, ya que teníamos el género que habíamos preparado para el fin de semana y teníamos que darle salida".

Gutiérrez señala que "somos una empresa pequeña y la única solución que tenemos para seguir teniendo algún ingreso es el servicio a domicilio, la única salida. Hay días que no tenemos ningún pedido, y otros que sí que hay actividad. Y así tenemos un pequeño ingreso. Además hemos puesto el Bizzum y así es mucho mejor, ya que evitamos el contacto en los pagos". De momento, al no hacer calor, los pedido son de helado, como tarrinas de mantecado, ya que los granizados son más demandados cuando suben las temperaturas.

Gutiérrez destaca la "incerteza" de no saber cuándo se va a poder regresar a la normalidad y recibir clientes, y lamenta que no han podido acceder a ninguna ayuda del Gobierno.

En cambio, otros negocios descartan poner en marcha un servicio a domicilio, aunque se plantean en el futuro, en caso de reabrirse los negocios pero no permitirse por ejemplo las terrazas, impulsar un servicio "para llevar" para que el cliente se lleve el helado a su domicilio, según explica Víctor Pastor, de Helados Mira de El Campello.